BIENVENIDOS A YUMYS GALAXY, EL RINCÓN DE F.J.M. (MARCO ATILIO).

lunes, 10 de octubre de 2016

Esclavitud laboral


En España, amparada por la crisis y las políticas tan nefastas que se han hecho en este sentido, la esclavitud laboral ha llegado para quedarse. Bajos salarios, jornadas laborales maratonianas, derechos perdidos... Incluso si quieres trabajar necesitas una salud a prueba de bombas y ser poco menos que irrompible pues te pueden despedir, y de hecho lo hacen, por faltar al trabajo… por una gripe, por una operación de hernia, por una apendicectomía, por quedarte embarazada en el caso de las mujeres… y por supuesto no te fractures ningún hueso, ni te rompas ningún ligamento… A la calle sí o sí.

Vacaciones: Aunque te pertenecen 30 días te ofrecen una semana, dos como mucho. Sueldo: 800 euros pagas incluidas (en el mejor de los casos) por jornadas de 10 u 11 horas. ¿Lo tomas o lo dejas?

Y lo tomas porque no tienes más remedio; lo tomas aunque pierdas tu dignidad, tu autoestima; aunque ves que te van a explotar; aunque ves que será un empleo sin ningún tipo de futuro; aunque ves que eres moneda de cambio; aunque ves que se aprovecharán de tu precariedad existencial; aunque ves que, aunque te partas el alma en el trabajo, cuando se acaben las condiciones favorables para el empresario por contratarte te echarán a la calle, sin el más mínimo miramiento, sin remordimientos, y los empresarios seguirán comerciando con la carnaza que eres tú, seguirán aprovechándose de mano de obra muy barata.  Claro que lo tomas, por supuesto que lo tomas, para no morirte de hambre.

¿Es esto esclavitud o no?

Esto está pasando en España y el que no quiera verlo es que vive en una burbuja aislado de la realidad social que vive este país.

Solo la codicia humana, la falta de empatía con los demás, el egoísmo más execrable, puede hacer que se estén cometiendo estos atropellos con la gente más humilde, con aquellos que necesitan de un trabajo para poder vivir, aunque con esas condiciones apenas se sobreviva. Hemos llegado a la gran paradoja de que aún estando trabajando eres pobre de pedir.

¡Que pena!

Las empresas debieran tener a sus trabajadores como un bien activo porque, en definitiva, las empresas sin trabajadores que con su lucha diaria dentro de ellas las levanten y las mantengan no podrían subsistir. ¿Qué sería de Zara sin sus trabajadores y trabajadoras? ¿Qué sería de El Corte Inglés, de Carrefour, de Mercadona, de Seat, de Renault... etc, etc, etc? No serían nada, ni siquiera existirían.

Al final, los trabajadores de esas empresas, si los despiden, se quedan tan pobres como cuando entraron en ellas, en cambio los empresarios acumulan verdaderas fortunas que no gastarían ni aunque vivieran eternamente por sí y por sus descendientes. ¿Hay derecho a esto? ¿Esto es justo? Ya sé que el empresario invierte su dinero para iniciar su andadura empresarial y que arriesga mucho en ello, pero sin la ayuda inestimable de sus trabajadores no podría, de ninguna manera, seguir con el proyecto, con un proyecto que en muchos casos lo hará riquísimo…, rico…, o al menos vivir bastante, pero bastante mejor que el trabajador al que paga 800 euros de miseria.

Si hemos de ser justos, pienso que los trabajadores deberían recibir de las empresas una parte de los beneficios, un porcentaje pactado cuya cuantía dependerá del nivel de beneficios que genere la empresa en cuestión porque, como he dicho antes, los trabajadores son fundamentales para que las empresas perduren y tengan razón de ser porque, repito, sin trabajadores no puede haber empresas.

Aunque para las cuentas empresariales los trabajadores en nómina sean considerados como un gasto, deberían ser tratados como un activo inestimable y las empresas deberían poner en práctica políticas de personal como si sus empleados fueran lo más importante que tienen. Está más que demostrado que cuanto mejor se trata a los trabajadores de una empresa y estos se sientan felices dentro de ella mejor será su rendimiento y por ende serán mucho más productivos con lo que la empresa será mucho más competitiva.

En nuestro país, por desgracia, no hay muchas empresas que valoren a su personal y lo vean como un activo que hay que administrar y mantener como cualquier otro activo de la empresa; muy al contrario, la gran mayoría de nuestras empresas y empresarios ven a sus trabajadores como algo necesario pero de poca importancia, lo ven solo como un gasto más de la empresa y además lo perciben como algo reemplazable en el momento que se quiera, porque no funcione o simplemente porque sí. Y es que la estupidez humana y, sobre todo, el egoísmo y la avaricia, en muchos casos no tienen parangón. Al final, estos empresarios caciquiles, no hacen sino tirar piedras contra su propio tejado porque, además de su tiranía no dejan de ser unos auténticos imbéciles.

Marco Atilio

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