BIENVENIDOS A YUMYS GALAXY, EL RINCÓN DE F.J.M. (MARCO ATILIO).

miércoles, 8 de febrero de 2023

Glotón

 

¡¿Cómo vas a perder peso
si te gusta el buen yantar,
las cervecitas, las tapas,
en la terraza de un bar?!

El cocido con morcilla,
con tocino y su pringá.
Dos huevos fritos con ajos
 con aceite pa mojar.

Chorizo a la barbacoa
en las ascuas del hogar.
Unas migas con torreznos,
de buen vino acompañás.

 La típica pipirrana
con tomates del lugar,
mojando en el aceitico
tu media barra de pan.

Las uvas y las cerezas,
en aguardiente empapás
y unas ciruelitas pasas
que nunca te vienen mal.
 
 En las fiestas, los cubatas,
golosinas pa picar.
Mantecados, alfajores,
turrones en Navidad...

Las dietas las abandonas
porque te entra ansiedad.
¡¿Cómo vas a perder peso
si solo sabes zampar?!

lunes, 6 de febrero de 2023

¡Está mi mar tan lejos!

 

Voy a transcribir a continuación unas reflexiones de mi nuera Adelaida, una mujer encantadora de cuya presencia disfrutamos desde hace ya unos cuantos años. Ella es de un pueblo de la costa almeriense y cuando conoció a mi hijo y por amor a él, decidió alejarse de su marítimo pueblo y lo cambió por esta ciudad de interior que es Baeza. Una ciudad renacentista y fascinante… pero sin mar, sin ese mar que tanto echa de menos Adelaida. Unas reflexiones que, sin duda, reflejan cierta melancolía y mucha añoranza de su querido azul Mediterráneo, algo de lo más lógico aunque sea también feliz entre este otro mar verde de olivares. Sin más, aquí tenéis sus reflexiones:

¡Está mi mar tan lejos!

Por Adelaida Rodríguez Torres

En una ciudad de la costa mediterránea nací. Una ciudad con unas maravillosas playas, hermosas calas de aguas cristalinas y amaneceres de ensueño.

Por circunstancias vivo alejada de mi mar Mediterráneo. Es por eso que en muchas ocasiones me dejo atrapar por mis recuerdos, unos recuerdos a la orilla del mar.

Para mí no hay nada más relajante que pasear por la playa, tumbarse en la arena, cerrar los ojos y escuchar las olas yendo y viniendo en un ciclo sin fin mientras la suave brisa de finales de la tarde te acaricia.

Mirar allá lejos, donde el cielo azul se funde con el azul verdoso del mar. Descubrir cómo el sol va emergiendo sobre el horizonte, tiñendo las aguas de rojo en unos amaneceres de fantasía… ¡Todo un poema para los sentidos!

Contemplar mi mar de noche, en las noches oscuras del invierno, cuando mi mar se vuelve triste y melancólico, misterioso y enigmático, sombrío y hasta un pelín tenebroso. Clavada tu mirada en la oscuridad de las aguas, tus pensamientos vienen y van al son acompasado de las olas sobre la orilla.

La sola contemplación del mar… de mi mar, me relaja, me tranquiliza, me llena de paz interior, me hace desconectar de todo. Y es que mi mar me enamora solo con mirarlo.

¿Podré algún día volver a estar junto a mi mar Mediterráneo? ¿Podré algún día pasear de nuevo por su orilla mientras las olas me saludan jugueteando con mis pies?

No lo sé, la vida da muchas vueltas, entonces… ¿por qué no?

De momento solo tengo su recuerdo porque, por lo pronto…

¡Está mi mar tan lejos!

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