BIENVENIDOS A YUMYS GALAXY, EL RINCÓN DE F.J.M. (MARCO ATILIO).

miércoles, 29 de agosto de 2018

Usuarios intolerantes y en demasía exigentes

He trabajado durante muchísimos años en la Sanidad Pública, desde Centros de Salud hasta Hospitales, bueno, un hospital en concreto, el Comarcal San Juan de la Cruz de Úbeda.

En todos los años en los que he formado parte del maravilloso y esperanzador mundo de la sanidad, siempre he intentado hacer mi trabajo con responsabilidad y con eficacia.

Mi día a día (y el del resto de los profesionales) se centraba en el enfermo, en las personas que habían visto mermada su salud y que acudían a los centros sanitarios para recobrarla.

Una de las cosas más gratificantes para un trabajador de la sanidad es el reconocimiento del usuario por la labor profesional realizada durante su estancia en el centro sanitario. Por los cuidados y las atenciones que ha recibido de los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores… su amabilidad hacia él o ella, sus intentos porque su estancia en el hospital haya sido lo más agradable posible… Modestia aparte, en mis muchos años en el mundo sanitario he recibido muchos de esos agradecimientos, lo cual es un grandísimo honor como trabajador de la sanidad.

Siempre he entendido así mi objetivo profesional, hacer que los enfermos, que sus familiares, encuentren en el profesional sanitario alguien en quien confiar, alguien que les haga su estancia mucho más llevadera, alguien que les ayude a superar su problema.

Me consta muy mucho que la inmensa mayoría de los profesionales sanitarios del hospital en donde he trabajado durante tantos años así entienden también su labor. Hay sin embargo, un minúsculo porcentaje que no cumple con esos objetivos y que su profesionalidad se puede poner en tela de juicio. Son pocos, muy pocos, poquísimos me consta, pero que a la hora de valorar por el usuario la calidad asistencial que se le ha prestado suele meter a todos en el mismo saco y tiende a generalizar injustamente porque su experiencia personal no ha sido satisfactoria. Bien porque les atendió un mal profesional, que haberlos haylos, aunque sean poquísimos, como ya he dicho antes; o bien porque su dolencia fuera demasiado compleja y su total ignorancia les haga despotricar de aquellos que intentaron por todos los medios que el resultado fuera lo más satisfactorio posible.

Esa total desconocencia de la medicina, de sus métodos terapéuticos, de la complejidad de los procesos patológicos, incluso de la falta de medios humanos en la sanidad pública, hace caer a algunas personas en la crítica fácil poniendo a “parir”, de forma generalizada, a aquellos profesionales que se han esforzado para solucionar las distintas patologías que atienden. Y también a los profesionales que con su dedicación han hecho la estancia del usuario y sus familiares lo más agradable posible.

La medicina no es una ciencia exacta. Como he mencionado anteriormente, los distintos procesos patológicos son complejos y admiten muchas variables de persona a persona. Como se suele decir entre los profesionales de la medicina: "No todas las intervenciones quirúrgicas son iguales, ni sus resultados tampoco, aunque se trate de las mismas patologías". Por absoluta ignorancia todo esto la mayoría de la gente no lo tiene en cuenta.

Lo que me revienta y me indigna es que se critique, de forma a veces tan furibunda, a quien se ha esforzado por alcanzar un resultado positivo en la solución de las distintas patologías.

Esos usuarios de la sanidad pública que suelen aceptar sus derechos pero nunca sus obligaciones; esos usuarios que miran con lupa el trabajo del profesional sanitario y están “con el hacha levantada” ante un hipotético error; esos usuarios exigentes a más no poder, sin importarles lo más mínimo en qué condiciones se esté trabajando en los distintos centros sanitarios; esos usuarios que cuando se dejan caer por los Servicios de Urgencias consideran que su patología es la más importante y que tienen que ser atendidos en primer lugar; esos usuarios que frecuentemente practican la ofensa personal hacia el profesional sanitario y que amenazan con la denuncia; esos usuarios en fin, que son como un grano en el culo para el profesional sanitario y también para el resto de usuarios por su intolerancia desmedida...

A esa clase de usuarios les digo que no me merecen ningún respeto y pienso que con sus equivocadas actitudes están haciendo un flaco favor a la Sanidad Pública, un bien que deberíamos valorar y cuidar como oro en paño.

Marco Atilio

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