Siendo Manuel Fraga Ministro de Información y Turismo en la época franquista, su Ministerio acuñó una frase que ha pasado a la posteridad: “Spain is different”. Esa frase fue una especie de reclamo para atraer a los turistas extranjeros y que conocieran las bondades de nuestra tierra. Y sí, ciertamente España es diferente pero con el paso de los años, aquella frase que proclamaba la diferencia positiva de nuestro país con respecto al resto, ahora se puede pronunciar (gracias a los muchísimos casos de corrupción) en sentido peyorativo. Y por desgracia no faltan razones para pensar de este modo.
Muchos españoles se mueven en el terreno de la picaresca y su aspiración es mejorar su condición social, pero para ello recurren a su astucia y a procedimientos ilegítimos como el engaño y la estafa. Muchos de nuestros políticos y gentes principales de nuestro país entienden muy bien de lo que estoy hablando. Sus actuaciones las realizan siempre al margen de los códigos de ética aunque a decir verdad, esos códigos para ellos son algo con lo que limpiarse el culo.
Creo que el ser pícaro es connatural a la propia idiosincrasia de los españoles desde tiempos inmemoriales. Esto es así porque los desequilibrios sociales siempre han sido el pan nuestro de cada día debido al egoísmo del ser humano. De cualquier manera hemos pasado de la picaresca para poder subsistir a la picaresca para trepar en la escala social y como decía antes, nuestros políticos (en un gran porcentaje) saben mucho de estos asuntos. Lo malo de todo esto es que la máxima de esta gentuza es: “El fin justifica los medios” y para conseguir sus objetivos (como buenos trepas), usan de la bribonería, de la malicia, de la pillería, del descaro, de la mentira, de la bellaquería, de la fullería y en fin… de la picaresca, sin importarles las consecuencias y sobre quien deban pasar para lograrlos.
Marco Atilio