A propósito de un comentario de un amigo (de derechas él) que me decía no hace mucho que en España se odia mucho a los ricos, a aquellos ricos que ostentan grandísimas fortunas y que ese odio no era sino envidia pura y dura.
Ante este comentario debo decir que en España no se odia a los ricos por el hecho de serlo y sí a aquellas gentes sin escrúpulos cargadas con inmensas fortunas, hechas en su gran mayoría gracias a beneficiarse de información privilegiada y de explotar a sus trabajadores pagándoles sueldos de miseria. Esas colosales fortunas se consiguen a base de pelotazos amparados por los políticos de turno, se consiguen despojando a gente humilde de su hogar, quedándose con sus viviendas y dejándoles aún así la carga de la hipoteca. Todas esas fortunas no son legítimas cuando se generan a través del sufrimiento de otros.