BIENVENIDOS A YUMYS GALAXY, EL RINCÓN DE F.J.M. (MARCO ATILIO).

sábado, 20 de noviembre de 2021

Levántate Juan Lorente

 

Contaba mi padre la conversación que mantenían todas las mañanas un agricultor y su hijo, un tal Juan Lorente. Un vago empedernido que, llegada la mañana, su padre lo llamaba para trabajar. Esta historieta no sé de dónde la sacaría mi padre, supongo que a él se la contaría mi abuelo. He mirado en internet y no he encontrado nada referido al tal Juan Lorente. Quizá fuera extraída del más profundo acervo popular de estas tierras olivareras. Sea como fuere, así se desarrollaba la conversación entre el agricultor y su hijo Juan Lorente:

― Levántate Juan Lorente, que ya es de día.

 ― Padre, más se ve.

 ― Pero hijo… ¡es que ya ha salido el Sol!

 ― El Sol no se come a nadie.

 ― ¡Que ya están todos los hombres en la plaza!

 ― Yo no soy torero.

 ― ¡Ay Juan Lorente! ¡Se te van a cerrar todos los caminos!

 ― Me voy por las carreteras.

 ― ¡Levántate Juan Lorente, que vamos a trabajar!

 ― ¡Ay padre! ¡tengo un dolor de muelas y dientes que no me dejan hacer ná!

 ― ¡Levántate Juan Lorente, que llegó la hora de almorzar!

 ― ¡Uy, padre! las muelas y los dientes… ¡ya no me duelen ná!


jueves, 4 de noviembre de 2021

¿Nos veremos en el más allá?


 Dicen que cuando uno muere se reencuentra con sus seres queridos. Y yo me pregunto, ¿quiénes son esos seres queridos? Supongo que serán los padres, los hijos, los hermanos… todas aquellas personas que tengan una conexión sanguínea, es decir, que sean familia.

Y me surge otra duda ¿y los esposos? ¿Se reencontrarán en la otra vida? Bueno, no os riáis pero en este caso no lo tengo tan claro. El vínculo entre dos personas que se encontraron en la calle, que se enamoraron y que a partir de ahí decidieron compartir sus vidas es bastante frágil. De hecho se pasa del amor al odio en un suspiro. Cosa menos probable entre familiares muy allegados, padres, hijos, hermanos… Sin embargo, en un matrimonio, aunque la pareja esté muy enamorada, pueden sobrevenir rencillas insuperables a poco que, por mil motivos, se rompa la confianza mutua; o que quiera prevalecer la razón de una persona sobre la otra; o simplemente porque te cansas de aguantar cosas de la otra persona que en otro tiempo sobrellevabas. O incluso que se acabe el amor. Entre las parejas de hoy en día, el amor se acaba pronto y sin motivo aparente.

Por todo esto estoy convencido que si hay vida después de la muerte no creo que llegues a reencontrarte con tu pareja. Imaginaos lo que sería el cielo con las mujeres y los maridos tirándose los trastos a la cabeza en un momento dado. No creo que ni el mismo Dios soportara tales desavenencias en un lugar de paz y de amor como debe ser el Paraíso.

Por otra parte también pudiera ser que si hay vida espiritual, alguien o algo decidirá por nosotros con las personas ya fallecidas con las que te vuelvas a encontrar sin que nosotros podamos hacer nada al respecto.

En mi caso me dolería sobremanera no volver a ver a Isabel cuando uno de los dos muera. Nuestras rencillas siempre han sido veniales durante nuestro caminar juntos por la existencia, y si las hemos ido salvando en nuestra vida terrenal, no me cabe la menor duda de que también lo haríamos en la vida espiritual.

En fin, dudas existenciales que me surgen de vez en cuando.

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