Contaba mi padre la conversación que mantenían todas las mañanas un agricultor y su hijo, un tal Juan Lorente. Un vago empedernido que, llegada la mañana, su padre lo llamaba para trabajar. Esta historieta no sé de dónde la sacaría mi padre, supongo que a él se la contaría mi abuelo. He mirado en internet y no he encontrado nada referido al tal Juan Lorente. Quizá fuera extraída del más profundo acervo popular de estas tierras olivareras. Sea como fuere, así se desarrollaba la conversación entre el agricultor y su hijo Juan Lorente:
― Levántate Juan Lorente, que ya es de día.
― Padre, más se ve.
― Pero hijo… ¡es que ya ha salido el Sol!
― El Sol no se come a nadie.
― ¡Que ya están todos los hombres en la plaza!
― Yo no soy torero.
― ¡Ay Juan Lorente! ¡Se te van a cerrar todos los caminos!
― Me voy por las carreteras.
― ¡Levántate Juan Lorente, que vamos a trabajar!
― ¡Ay padre! ¡tengo un dolor de muelas y dientes que no me dejan hacer ná!
― ¡Levántate Juan Lorente, que llegó la hora de almorzar!
― ¡Uy, padre! las muelas y los dientes… ¡ya no me duelen ná!
2 comentarios:
Que viene a ser, como ( hoy me e levantado con ganas de trabajar , y le pregunta su padre ¿ y que vas a hacer ? y le contesta su hijo... pues acostarme otra vez a ver si se me quitan).
eltodopoderoso
Pues más o menos, sí.
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