La muerte de una persona querida siempre nos causa tristeza,
tenga la edad que tenga pero… si esa persona muere súbitamente, prácticamente sin
esperarlo y además en la plena lozanía de la juventud, la cosa es intensamente
desgarradora y nos deja una herida profunda en el alma difícil de curar.
Eso justamente es lo que pasó el pasado domingo 2 de abril. La
muerte se llevó por delante a Antonio José (Kaki), con tan solo 20 años. Kaki
era el portero de “La Peña el Estudiante
F.S.” el equipo de fútbol sala en donde juega mi hijo David siendo el
entrenador del mismo mi hijo Javi. Habían quedado terceros en la liga regular y
el sábado día 1 acababan de ganar el segundo partido de playoffs empatando la
eliminatoria en la disputa por llegar a la final del campeonato. Cosa que
conseguirían el sábado siguiente día 8 pero ya sin el amado compañero caído.
Tras ese segundo partido, los integrantes del equipo se
reunieron en casa de mi hijo Javi alrededor de unas cervezas para celebrar el
importante triunfo, en una velada entrañable y distendida como corresponde
entre compañeros y amigos y de la que por supuesto formó también parte Kaki.
La fiesta acabó tarde, en los primeros albores de la madrugada.
Como Kaki era de Ibros (un pueblo cercano a Baeza) Javi, para que su amigo no
tuviera que conducir y siendo ya tan tarde, le ofreció que se quedara a dormir
en su casa, pero Kaki rechazó amablemente la invitación pues había quedado con
unos amigos y con ellos se marcharía a Ibros. No suponía que la muerte le
estaba esperando en la carretera. Es increíble lo cruel que puede ser a veces
el caprichoso destino de las personas.
De cómo y por qué ocurrió el accidente que se llevaría por
delante a Kaki (que conducía el vehículo) dejando heridos a los demás ocupantes
no tengo información precisa, parece ser que fue por una imprudencia del
conductor pero ya digo que la información es bastante incierta. Sea como fuere,
la muerte se llevó a una persona en lo más frondoso de su juventud,
arrancándola sin piedad del lado de sus padres, de su familia y de sus amigos,
dejando un profundo pesar en todos ellos. Arrebatándole todo lo que tenía y
todo lo que en el futuro pudiera tener. La vida es breve en cualquier caso,
pero resulta a veces tristemente efímera e injusta como en este en particular.
Esto que sigue es el mensaje de WhatsApp de mi hijo Javi
(ausente en esa fecha) al grupo del equipo de fútbol sala poco antes de jugar
el tercer partido de playoff:
“¡Hoy es
el día chicos! Hoy no hay lista de convocados ni nada de eso. Porque hoy no
juega Rafa, ni juega Tocino, ni juega David, ni Juanfra, ni Poza, ni Manjón, ni
Félix, ni Chufli, ni Eladio, ni Diego, ni juega Pumy… ni yo soy el entrenador.
Hoy todos sois el número 13 y todos os llamáis KAKI, porque este partido hay que ganarlo por él, que seguro nos
está ayudando desde donde esté. Solo os pido que hoy deis un poquito más que de
costumbre, que os dejéis el alma en conseguir la victoria, esa será una bonita
forma de honrarle porque él se la
merece. ¡A ganar esta tarde chicos! Por nuestro querido compañero y amigo”.
Y este el mensaje de otro miembro del equipo, Antonio Poza
(Chufli) publicado en Facebook tras el triunfo en ese tercer partido:
“Hoy no ha
sido un partido fácil, hoy nos faltaba el compañero más tímido. Ha sido duro
para todos estar juntos y ver que nos faltabas, pero hoy tampoco hemos jugado
cinco, en realidad hemos jugado seis; porque en cada balón, en cada tiro, en
cada gol estaba nuestro amigo y gran compañero KAKI. Desde donde estés siempre
seguirás con nosotros en forma de ángel, guiándonos en cada partido”.
Por último, esto es lo que escribí en el grupo de WhatsApp que
comparto con mis hijos y con algunos miembros del equipo al enterarme de la
muerte de Kaki:
“Siento muchísimo la
muerte de ese muchacho de vuestro equipo de fútbol sala. La muerte acecha en
cada esquina, en cada rincón, en cada carretera, en cada camino… Hay que estar
alerta y tener también la fortuna de no encontrarla de frente. La vida es frágil y se
puede romper en un segundo nefasto. La muerte no conoce de edades, ni de
clases, ni de ninguna suerte de cosas. Si tienes la desgracia de encontrarla al
menos que sea sin haberla llamado. De verdad que siento profundamente la muerte
de vuestro querido compañero y amigo. Descanse
en paz”.
Hasta
aquí este tristísimo relato, yo no conocía muy bien a ese muchacho (Kaki), lo
había visto un par de veces durante la celebración de algún partido de fútbol
sala a los que había asistido. De cualquier manera debía ser una persona muy
querida por el resto de sus compañeros, esto lo demuestra las lágrimas amargas y de impotencia
de mis hijos (y de todo el equipo) al enterarse de la noticia y las que
derramaron cuando asistieron al entierro de su querido amigo Antonio José (KAKI),
su entrañable y amado compañero al que arrebató tan prematuramente la traidora
Parca en un volantazo caprichoso del destino.
¡QUE EN PAZ DESCANSE!
Marco Atilio
10 comentarios:
Que triste historia Marco. Siento mucho la muerte de ese chico y comprendo el dolor de sus amigos, de su familia y sobre todo de sus padres. La muerte siempte es muy fea pero cuando acaece en gente tan joven es especialmente horrible.
Así es en efecto. Cuando la muerte se cruza en el camino de personas a las que les queda toda una vida por delante es especialmente desgarradora. Gracias por tu comentario.
Tantas personas muertas en la carretera. Y la gran mayoria jovenes. Qe lacra coño.
Pues sí, es una lacra. Cuando se es joven se juega un poco con el riesgo y no se analizan las posibles consecuencias de nuestros actos. Es intrínseco a esa etapa de la vida... en general.
Que pena lo de ese muchacho Marco Atilio. Y tan jpven. Una lástima.
Pues si Eu, una pena, una verdadera pena.
Me parece muy cruel que la muerte se lleve a una persona cuando tiene toda una vida por delante. De cualquier forma creo que todo en la vida tiene un por qué. Si la muerte se ha llevado a ese muchacho tan prematuramente es porque su misión en este mundo había terminado y ahora estará en un lugar mucho más atractivo. Al lado de los espíritus puros. Al lado de Dios.
En fin, no sé por qué ni por qué no. Yo creo en la reencarnación después de la muerte. Creo que la vida es un paso más en la evolución del alma y si ese muchacho se ha ido tan pronto es porque ya habrá evolucionado lo suficiente para no tener que seguir haciéndolo. Al menos es lo que creo aunque en estos menesteres nadie está en posesión de la verdad absoluta.
Que ablas de evolución ni que fuera un pokemon. Desgraciadamente y a mi pesar son cosas que pasan NUNCA TE OLVIDARE AMIGO MIO
No me negarás que todo en el Universo evoluciona y no creo que nosotros seamos la excepción a la regla. Pero en fin..., cada uno cree en lo que cree y como digo, en estas cuestiones nadie está en posesión de la verdad absoluta. En lo que sí estamos de acuerdo es que son cosas que pasan y desgraciadamente seguirán pasando.
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