BIENVENIDOS A YUMYS GALAXY, EL RINCÓN DE F.J.M. (MARCO ATILIO).

martes, 25 de diciembre de 2018

Feliz Navidad abuelo Kiko

En estas fechas tan entrañables, donde las familias se reúnen para celebrar la Nochebuena y la Nochevieja, en paz y en armonía, son también fechas en las que viene a nuestra memoria el recuerdo de las personas ausentes, aquellas que un día marcharon y que con su marcha, nos dejaron un profundo pesar en nuestros corazones.

Hoy, día de Navidad, quiero recordar a mi entrañable abuelo Kiko, a mi padre. Allá donde estés querido abuelo Kiko, quiero que sepas que siempre estarás en lo más profundo de mi corazón. Que te echo mucho de menos. Más en estos días tan emotivos. Porque ya nunca podré regalarte por Reyes tu botella de anís o tu cartón de tabaco. Porque ya nunca podré decirte ¡Felices Pascuas!

Mi querido padre; pasen los años que pasen siempre estarás conmigo y, aunque no puedas verme ni escucharme, hoy te digo:

¡FELIZ NAVIDAD MI ADORADO ABUELO KIKO!

domingo, 23 de diciembre de 2018

Feliz Navidad 2018

MARCO ATILIO OS DESEA UNA FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO AÑO 2019.

jueves, 15 de noviembre de 2018

La brevedad de la vida

Comparada con la edad del Universo nuestra vida es demasiado breve, en cualquier caso vivimos demasiado poco, pero resulta a veces tristemente efímera cuando la muerte nos sobreviene en los primeros albores de nuestra existencia, en nuestra juventud o en nuestra plena madurez. La muerte no debiera sorprendernos tan pronto, en muchos casos sin haber siquiera atisbado los primeros vestigios de la ancianidad.

Sea como fuere, repito, nuestra vida es demasiado breve, es apenas un suspiro en el devenir del tiempo cósmico.

Es que hoy me siento un poco filósofo.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Gracias Carmen



Mañana se cumplirá un año en que algunos de mis compañeros y compañeras del hospital me brindaron uno de los momentos más maravillosos de toda mi vida. Me organizaron una entrañable fiesta de despedida con motivo de mi jubilación (forzada por enfermedad) en donde Carmen, una de las enfermeras de mi querido servicio de quirófanos, me dedicó unas palabras que jamás olvidaré. Lo más bello que sobre mí haya dicho nadie en mis ya bastantes años de vida.

Desde el momento en que conocí a Carmen, hace ya muchos años, sabía que estaba ante una gran profesional, porque PROFESIONAL lo es con mayúsculas, como una montaña. Afortunado puede sentirse el enfermo al que Carmen preste sus eficaces cuidados. Porque todo lo que hace en su día a día hospitalario lo hace a conciencia, con rigor, con eficacia y con responsabilidad.

Su máxima prioridad es el enfermo, como debe ser. En esto estamos completamente de acuerdo porque los profesionales de la sanidad prestamos nuestros servicios por el bien del enfermo, para paliar su dolor en la medida de lo posible, para insuflarle confianza y, ¿por qué no?, para arrancarle una sonrisa que acaso le abstraiga, siquiera sea por unos instantes, de su padecimiento.

Por si fuera poco todo lo anterior, Carmen sabe expresar emociones como nadie. No creo que me aleje mucho de la realidad si digo que estoy ante una gran escritora. Una escritora de una sensibilidad ciertamente notable, que maneja el lenguaje con gusto exquisito y que sabe llegar a lo más hondo del alma con su ágil y fácil verbo.

¿Qué me recuerda? ¿Una balada? ¿Una puesta de sol? ¿El rocío de una mañana de primavera…? Y es que Carmen rezuma sensibilidad por los cuatros costados.

Siempre me ha llamado la atención su cultura, su refinado trato al lenguaje.

Como podéis observar os estoy describiendo a una mujer de categoría, y podéis darle a la palabra categoría toda su más amplia significación… ¡Acertaréis!

Pues bien, como he dicho al principio, esta compañera y amiga, en mi fiesta, me dedicó unas palabras que voy a transcribir a continuación. Pero antes tengo que deciros que algunas cosas de las que dice quizá no las entendáis, es normal, hay que conocer el contexto de nuestra mutua relación para hacerlo pero, no importa, la esencia de sus palabras sí que se entenderán perfectamente. El discurso que me dedicó es el que sigue:

“Mi querido y bien ponderado Sr. Jumillas, noble Marco Atilio, vuestra ilustrísima, que algún cargo Vaticano debe ostentar Vuesa Merced, pues está tan al día del santoral, vamos que ni el mismísimo Santo Padre sabe mejor que Vos en el Santo que vive y mucho menos los refranes asociados…

Currículum Vitae abultado el suyo Sr. Jumillas, queridísimo Paco nuestro, creador de ese grupo de WhatsApp delirante (por activo) que como no podía ser de otra forma bautizaste como “LOC@S DE ATAR”, porque sabes muy bien que “A veces hay que inyectarse fantasía para no morir de realidad” y que “El Amor y la Locura son los motores que hacen andar la Vida” y la tuya va de Amor. Pero sigamos con tu perfil.

Quizás desconozca el SAS, que no nosotros, que ha tenido en sus filas a un hombre prolífico, a un autodidacta, versado en numerosas materias, léase: Astronomía, Filosofía, Séptimo Arte, Informática, Deportes varios ¡claro que con mayor énfasis en el balompié!, Psicología aplicada, Tecnología también aplicada al preciso montaje de la Mesa de Tracción, perneras y demás útiles necesarios para el desarrollo y la correcta culminación de ese Trabajo tuyo que con tanto esmero y cariño has sabido realizar, en un día a día que a veces no te ha resultado fácil, pero has sido Querido Paco, esa persona que ha logrado hacer fácil lo difícil, como reza la frase en la pizarra del quirófano 5, donde has dejado como aportación inestimable, tus excelsos aforismos.

Has acudido raudo cuando se te necesitaba: ¡Paco! ¡Voy! Y ya venías… pero con la solución.

“Cambiar el mundo amigo Sancho, que no es locura ni utopía, sino justicia”

No has traído y llevado pacientes, has acompañado a personas que pasaban por momentos delicados, momentos en los que el miedo y la angustia nos invaden y tú, has sabido gestionar esa situación con tu varita de prestidigitador, con tu palabra acertada y tu sonrisa tranquilizadora.

Has sido un Magíster, Antonia, tu última discípula (que te admira y quiere) y muchos, pueden dar fe de ello. Ejerciendo tu profesión con paciencia, elegancia, fino sentido del humor, respeto y con una lealtad inquebrantable al paciente.

Y has sido mucho más… (imposible de resumir), “porque el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.

Pero entre todas las tareas de Amor (ya dije que en esto eras un Experto), hay una que resalta y esta obra es Tu Familia: Isabel, tus hijos David y Javier, tus padres, tu hermana… ahí Sr. Jumillas está tu éxito.

Gigante, Gladiator, Con un lugar en el SAS, La Misión y Los Horizontes de Grandeza y Solo ante el peligro, El hombre tranquilo, En los mejores años de nuestras vidas, con La Buena Estrella y Con la Prisa en los talones, En busca de la pernera perdida, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, aunque hay Milagros Inesperados, Recuerda, Qué bello es vivir, porque el Viento se llevó la Psicosis y Los ataques de nervios, La guerra de las galaxias, Mejor imposible, Hablé con ella y de Aquí a la Felicidad.

Compañero, ¡Siempre nos quedará París! Continúa acompañándonos y ayudándonos, te necesitamos para saber a qué hora sale el sol, a cuál se pone; para comenzar la jornada con un paisaje espectacular y un Buenos Días en cualquier idioma e irnos a dormir tras la dura faena bajo un manto de estrellas, de Auroras boreales, de constelaciones cuyos nombres tan bien conoces. Sigue Trabajando en el Amor, una tarea en la que no hay jubilación posible.

Salud y Suerte Amigo y Compañero.”

¿Qué decir cuando uno escucha cosas como estas? Pues una gran emoción, como ahora que las estoy rememorando de nuevo. Y es que, por muchos años que pasen, siempre recordaré que en mi vida hubo una persona que me dedicó las palabras más bonitas que haya dicho nadie sobre mí.

Carmen, sinceramente…

 ¡GRACIAS…!

¡MI COMPAÑERA…!

¡MI AMIGA!

Marco Atilio

jueves, 25 de octubre de 2018

El implacable paso del tiempo

Las personas pasan,

las cosas pasan,

todo queda atrás,

se apagan los recuerdos,

solo queda el olvido.

Es el precio que se cobra...

¡El implacable paso del tiempo!

Marco Atilio

viernes, 12 de octubre de 2018

Acuerdo de Presupuestos


El acuerdo de Presupuestos al que han llegado el PSOE y Unidos Podemos incluye, entre otras medidas, las siguientes:

Salario mínimo interprofesional de 900 euros, lejos de los principales países de Europa, pero bueno…

Mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones con el IPC y subir las pensiones mínimas y no contributivas.

Recuperar el subsidio por desempleo para mayores de 52 años.

Subir el IRPF dos puntos sobre la base general a las rentas más altas (a partir de 130.000 euros) y cuatro puntos a quien gane 300.000 euros anuales.

Subida del Impuesto de Patrimonio un 1% a aquellas personas que tengan una fortuna superior a los 10 millones de euros.

Con estos Presupuestos parece que se quiere recuperar la justicia social y el Estado del Bienestar que tan salvajemente fueron zaheridos por el gobierno del PP. Evidentemente, tanto el Partido Popular como Ciudadanos, es decir, la derechona de toda la vida han puesto el grito en el cielo.

El sr. Casado dice que son unas Cuentas "suicidas" porque supone "seguir gastando por encima" de las "posibilidades" de los españoles…

La patronal advierte además de que elevar el SMI a 900 euros también tendrá "consecuencias negativas" en la contratación pública pactada con las empresas y en los convenios colectivos en vigor.

Ciudadanos también se opone aunque no saben muy bien por qué. Supongo que porque está Podemos en el acuerdo… supongo.

En fin, cuando la derecha española y los empresarios están tan en desacuerdo con estos Presupuestos es que tienen que tener algo bueno para la inmensa mayoría de la población española, es decir, los trabajadores, los pensionistas, los jóvenes, en definitiva, la gente a la que las políticas austericidas del PP ha hecho tanto daño. Ojalá se aprueben finalmente porque de hacerlo, será una magnífica noticia para muchísimas personas que todavía están sufriendo en este país.

De cualquier manera y en contra de los que dicen que afectará al déficit público, no creo que tengan razón porque esas medidas suponen un gasto de unos 5.200 millones de euros y se prevén unos ingresos de 7.700 millones de euros. Todavía se tendrá un superávit de 2.500 millones de euros.

Lo dicho, son Presupuestos que dan esperanza a mucha gente, que recuperan algo lo perdido en los años de apisonadora del Gobierno del PP que gestionó la crisis atacando el Estado del Bienestar y con ello llevándose por delante a familias enteras a las que la crisis había golpeado con saña. Que aprobó una Reforma Laboral para precarizar el empleo a base de salarios bajísimos, en donde los únicos que ganaban eran los empresarios. No en vano durante la crisis aumentaron sobremanera el número de millonarios en España, ¡menuda paradoja! Eso demuestra a quién beneficiaron las injustas medidas anticrisis del sr. Rajoy y su Gobierno.

Lo que está claro es que a los privilegiados, a muchísimos empresarios, a los riquísimos… les va muy bien tener mano de obra barata, mano de obra siempre disponible, porque su egoísmo raya en lo patológico. Tener a su disposición trabajo esclavo, con pírricos salarios es su fin último. Por eso las derechas, ejecutoras de ese fin, han puesto el grito en el cielo al ver unos Presupuestos algo más sociales y contrarios a su ideología conservadora y liberal en donde se apuesta por el capital en detrimento de las personas. Es así de crudo.

Marco Atilio

martes, 25 de septiembre de 2018

Precariedad laboral

Mientras que los empresarios consideren a sus trabajadores como una mercancía que se puede cambiar por otra con facilidad, y no como un valor activo de la empresa, el empleo precario seguirá instalado en España per saecula saeculorum.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Usuarios intolerantes y en demasía exigentes

He trabajado durante muchísimos años en la Sanidad Pública, desde Centros de Salud hasta Hospitales, bueno, un hospital en concreto, el Comarcal San Juan de la Cruz de Úbeda.

En todos los años en los que he formado parte del maravilloso y esperanzador mundo de la sanidad, siempre he intentado hacer mi trabajo con responsabilidad y con eficacia.

Mi día a día (y el del resto de los profesionales) se centraba en el enfermo, en las personas que habían visto mermada su salud y que acudían a los centros sanitarios para recobrarla.

Una de las cosas más gratificantes para un trabajador de la sanidad es el reconocimiento del usuario por la labor profesional realizada durante su estancia en el centro sanitario. Por los cuidados y las atenciones que ha recibido de los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores… su amabilidad hacia él o ella, sus intentos porque su estancia en el hospital haya sido lo más agradable posible… Modestia aparte, en mis muchos años en el mundo sanitario he recibido muchos de esos agradecimientos, lo cual es un grandísimo honor como trabajador de la sanidad.

Siempre he entendido así mi objetivo profesional, hacer que los enfermos, que sus familiares, encuentren en el profesional sanitario alguien en quien confiar, alguien que les haga su estancia mucho más llevadera, alguien que les ayude a superar su problema.

Me consta muy mucho que la inmensa mayoría de los profesionales sanitarios del hospital en donde he trabajado durante tantos años así entienden también su labor. Hay sin embargo, un minúsculo porcentaje que no cumple con esos objetivos y que su profesionalidad se puede poner en tela de juicio. Son pocos, muy pocos, poquísimos me consta, pero que a la hora de valorar por el usuario la calidad asistencial que se le ha prestado suele meter a todos en el mismo saco y tiende a generalizar injustamente porque su experiencia personal no ha sido satisfactoria. Bien porque les atendió un mal profesional, que haberlos haylos, aunque sean poquísimos, como ya he dicho antes; o bien porque su dolencia fuera demasiado compleja y su total ignorancia les haga despotricar de aquellos que intentaron por todos los medios que el resultado fuera lo más satisfactorio posible.

Esa total desconocencia de la medicina, de sus métodos terapéuticos, de la complejidad de los procesos patológicos, incluso de la falta de medios humanos en la sanidad pública, hace caer a algunas personas en la crítica fácil poniendo a “parir”, de forma generalizada, a aquellos profesionales que se han esforzado para solucionar las distintas patologías que atienden. Y también a los profesionales que con su dedicación han hecho la estancia del usuario y sus familiares lo más agradable posible.

La medicina no es una ciencia exacta. Como he mencionado anteriormente, los distintos procesos patológicos son complejos y admiten muchas variables de persona a persona. Como se suele decir entre los profesionales de la medicina: "No todas las intervenciones quirúrgicas son iguales, ni sus resultados tampoco, aunque se trate de las mismas patologías". Por absoluta ignorancia todo esto la mayoría de la gente no lo tiene en cuenta.

Lo que me revienta y me indigna es que se critique, de forma a veces tan furibunda, a quien se ha esforzado por alcanzar un resultado positivo en la solución de las distintas patologías.

Esos usuarios de la sanidad pública que suelen aceptar sus derechos pero nunca sus obligaciones; esos usuarios que miran con lupa el trabajo del profesional sanitario y están “con el hacha levantada” ante un hipotético error; esos usuarios exigentes a más no poder, sin importarles lo más mínimo en qué condiciones se esté trabajando en los distintos centros sanitarios; esos usuarios que cuando se dejan caer por los Servicios de Urgencias consideran que su patología es la más importante y que tienen que ser atendidos en primer lugar; esos usuarios que frecuentemente practican la ofensa personal hacia el profesional sanitario y que amenazan con la denuncia; esos usuarios en fin, que son como un grano en el culo para el profesional sanitario y también para el resto de usuarios por su intolerancia desmedida...

A esa clase de usuarios les digo que no me merecen ningún respeto y pienso que con sus equivocadas actitudes están haciendo un flaco favor a la Sanidad Pública, un bien que deberíamos valorar y cuidar como oro en paño.

Marco Atilio

sábado, 28 de julio de 2018

¿Qué es un líder político?


¿Queréis saber lo que es un líder político…? Pues más o menos es esto:

Una masa enardecida por el discurso demagogo de alguien que sabe manipular al vulgo grita enfervorecida:  
¡¡¡PRESIDENTE!!!
¡¡¡PRESIDENTE!!!
¡¡¡PRESIDENTE!!!
o lo que es lo mismo:  
¡¡¡PRESIDENTA!!!
¡¡¡PRESIDENTA!!!
¡¡¡PRESIDENTA!!!

Y el líder político piensa para sus adentros: “¡Pobres diablos aborregados, no saben que les estoy mintiendo a la cara con un discurso acertadamente florido y eficazmente preparado!”.

Esta es la imagen que mejor retrata al líder político de turno dando un mitin rodeado de sus convenientemente amaestrados seguidores.

O mucho me equivoco o esta es la penosa realidad.

Marco Atilio

jueves, 19 de julio de 2018

Un año ya

Hoy hace un año que se apagó la vida de mi padre, de nuestro querido abuelo Kiko. Aquel 19 de julio, aquella mañana calurosa y fatídica, la parca se llevó a una persona buena y nos dejó para siempre sin disfrutar de su entrañable presencia.

No ha pasado un día, ni uno solo, en los 365 días que han transcurrido desde aquel tristísimo 19 de julio en que no lo haya recordado, en que no lo haya tenido presente.

¡Ay Dios, que amargos tragos hay que vivir a lo largo de nuestra existencia! No por esperada, la muerte de mi padre fue menos triste.  De repente aquella persona a la que tanto quieres deja de compartir tu vida. Ya nunca, nunca, la volverás a ver, nunca podrá aconsejarte, nunca podrás reírte con ella y sientes un inmenso vacío que te horada el alma.

El tiempo, ese gran aliado que va calmando cualquier mala tempestad ha pasado y me ha ido resignando y adaptando mi vida a su pérdida, aunque sigue siendo difícil. Si estuviera todavía vivo podría compartir con él esto o aquello me digo pero… lamentablemente no es así.

A veces voy a su tumba y, en silencio, hablo con él. Sé que allí, en aquel hueco, solo se encuentran sus restos, que su alma está en otro sitio, pero de todas formas le hablo. Le hablo de mil cosas. Le hablo de fútbol, del Madrid y de sus logros deportivos. Le hablo de mis hijos (sus nietos), le hablo de la perrilla de Javi, de su nueva bisnieta Emma, le hablo de mí y le hablo de los problemas de la vida. También le rezo, le rezo un padrenuestro y toco su lápida antes de marcharme y cuando me alejo siempre vuelvo la cabeza para un último adiós. Porque sé que en aquel sitio se encuentran los restos de mi padre desde aquella calurosa mañana del mes de julio en que, definitivamente, lo separaron para siempre de mí y de todos nosotros.

Por eso, hoy que se cumple un año de su muerte quiero recordarlo especialmente y decirle allá donde se encuentre que siempre estará en mi corazón y en el corazón de todos los que lo quisimos. Descansa en paz querido padre, nuestro queridísimo abuelo Kiko.

Marco Atilio

martes, 22 de mayo de 2018

Adiós Pilar


Esta entrada está dedicada a la memoria de mi compañera y amiga Pilar, fallecida prematuramente a los 54 años. Una persona fuerte, valiente, con una alegría que contagiaba a los que la rodeaban. En definitiva, una mujer extraordinaria.

Basándome en un antiguo poema mío que titulé “La Muerte”, he compuesto esto para ti, mi querida amiga:

Se apagan las risas de los niños,
y el canto de los pájaros.
El sol de la primavera ya no calienta.

El silencio, poco a poco.

Quisiera gritar y no puedo.
¿Qué me pasa?
Me siento extraña…
y sola,
terriblemente sola.
Siento como si no hubiera lluvia,
como si no hubiera viento,
 como si no hubiera sol,
ni árboles, ni montañas…
¡Como si no hubiera nada!
Como si nada existiera.

¿Dónde están mis hijos?
¿Y mi marido?
¿Por qué lloran?
¿Por qué lloran todos?

 Poco a poco el silencio.

¡Y esta terrible soledad!

¡Y el frío, siento mucho frío!

Y todo es oscuridad,
una oscuridad terrible y arrebatadora.

Empiezo a sentir miedo.

Y es que…
¿por qué no puedo moverme?

Me gustaría saber qué está pasando,
por qué siento este vacío.

Yo quiero ver a mis hijos,
a mi marido, a mi familia,
a mis compañeros y compañeras...
Pero no puedo,
todo es oscuridad.

¡Tengo tantas preguntas!
¡Necesito tantas respuestas!

Silencio, todo es silencio…

No, ahora no,
de repente empiezo a comprender.

Ahora vienen las repuestas.
Como una luz vienen a mí,

a mi Ser…

¡A mi Alma!

¡Mi vida se ha acabado!

¡Dios mío!

Yo no quería, no tan pronto.

No...,

por mis hijos.

No...,

por mi marido.

He luchado por la vida
con todas mis fuerzas pero,
no he podido vencer…

¡A la muerte!

¡Dios mío!, ¡Dios mío!

Sin embargo…

Ahora ya no hay dolor
y sí mucha paz.

No estoy triste.

¿Debería estarlo?

Sé que algún día los veré de nuevo,
no sé por qué lo sé, pero lo sé.

Por eso no estoy triste.

Y todo el amor que me llevo…
de mis hijos, de mi marido,
de mi familia, 
de mis compañeras y compañeros...

me reconforta.

Quisiera gritarles que no tengan pesar por mí.
Lo hago, lo estoy haciendo pero…

No me oyen.

Lástima.

Decirles que los echaré de menos
pero que nos volveremos a ver...
algún día.

Mientras, todo se diluye y se desvanece;
solo queda el silencio,
solo el silencio.
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