He
trabajado durante muchísimos años en la Sanidad Pública, desde Centros de Salud
hasta Hospitales, bueno, un hospital en concreto, el Comarcal San Juan de la
Cruz de Úbeda.
En
todos los años en los que he formado parte del maravilloso y esperanzador mundo
de la sanidad, siempre he intentado hacer mi trabajo con responsabilidad y con eficacia.
Mi
día a día (y el del resto de los profesionales) se centraba en el enfermo, en
las personas que habían visto mermada su salud y que acudían a los centros sanitarios
para recobrarla.
Una
de las cosas más gratificantes para un trabajador de la sanidad es el
reconocimiento del usuario por la labor profesional realizada durante su
estancia en el centro sanitario. Por los cuidados y las atenciones que ha
recibido de los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores… su amabilidad hacia
él o ella, sus intentos porque su estancia en el hospital haya sido lo más
agradable posible… Modestia aparte, en mis
muchos años en el mundo sanitario he recibido muchos de esos agradecimientos,
lo cual es un grandísimo honor como trabajador de la sanidad.
Siempre
he entendido así mi objetivo profesional, hacer que los enfermos, que sus
familiares, encuentren en el profesional sanitario alguien en quien confiar, alguien
que les haga su estancia mucho más llevadera, alguien que les ayude a superar
su problema.
Me
consta muy mucho que la inmensa mayoría de los profesionales sanitarios del
hospital en donde he trabajado durante tantos años así entienden también su
labor. Hay sin embargo, un minúsculo porcentaje que no cumple con esos objetivos y
que su profesionalidad se puede poner en tela de juicio. Son pocos, muy pocos, poquísimos me consta, pero que a la hora de valorar por el usuario la calidad asistencial
que se le ha prestado suele meter a todos en el mismo saco y tiende a
generalizar injustamente porque su experiencia personal no ha sido
satisfactoria. Bien porque les atendió un mal profesional, que haberlos haylos,
aunque sean poquísimos, como ya he dicho antes; o bien porque su dolencia fuera demasiado compleja y su
total ignorancia les haga despotricar de aquellos que intentaron por todos los
medios que el resultado fuera lo más satisfactorio posible.
Esa
total desconocencia de la medicina, de sus métodos terapéuticos, de la
complejidad de los procesos patológicos, incluso de la falta de medios humanos
en la sanidad pública, hace caer a algunas personas en la crítica fácil
poniendo a “parir”, de forma generalizada, a aquellos profesionales que se han
esforzado para solucionar las distintas patologías que atienden. Y también a
los profesionales que con su dedicación han hecho la estancia del usuario y sus
familiares lo más agradable posible.
La
medicina no es una ciencia exacta. Como he mencionado anteriormente, los distintos procesos
patológicos son complejos y admiten muchas variables de persona a persona. Como
se suele decir entre los profesionales de la medicina: "No todas las
intervenciones quirúrgicas son iguales, ni sus resultados tampoco, aunque se
trate de las mismas patologías". Por absoluta ignorancia todo esto la mayoría de
la gente no lo tiene en cuenta.
Lo
que me revienta y me indigna es que se critique, de forma a veces tan
furibunda, a quien se ha esforzado por alcanzar un resultado positivo en la
solución de las distintas patologías.
Esos
usuarios de la sanidad pública que suelen aceptar sus derechos pero nunca sus
obligaciones; esos usuarios que miran con lupa el trabajo del profesional
sanitario y están “con el hacha levantada” ante un hipotético error; esos
usuarios exigentes a más no poder, sin importarles lo más mínimo en qué
condiciones se esté trabajando en los distintos centros sanitarios; esos
usuarios que cuando se dejan caer por los Servicios de Urgencias consideran que
su patología es la más importante y que tienen que ser atendidos en primer
lugar; esos usuarios que frecuentemente practican la ofensa personal hacia el
profesional sanitario y que amenazan con la denuncia; esos usuarios en fin, que
son como un grano en el culo para el profesional sanitario y también para el
resto de usuarios por su intolerancia desmedida...
A
esa clase de usuarios les digo que no me merecen ningún respeto y pienso que
con sus equivocadas actitudes están haciendo un flaco favor a la Sanidad
Pública, un bien que deberíamos valorar y cuidar como oro en paño.
Marco
Atilio
4 comentarios:
De cualquier manera hay cada elemento dentro de la sanidad que da miedo. Mo digo que sean muchos pero algunos hay.
Cierto que hay algunos pero, créeme, son muy pocos. Lo sé por experiencia.
Siempre los que más protestan son los que más tienen que callar. Hay gente que acude a las urgencias hospitalarias por un simple resfriado. XD.
Las urgencias hospitalarias se colapsan a veces por el mal uso que se hace de ellas. Eso es cierto, puedo dar fe.
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