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martes, 27 de septiembre de 2011

Cambio imagen cabecera


La monotonía mata al hombre, renovarse o morir, es por eso que acabo de cambiar la imagen de cabecera del blog. Una acción que repetiré de vez en cuando ya que la misma imagen por mucho tiempo termina por cansarme. Espero que os guste la que he puesto.
 
Marco Atilio


domingo, 25 de septiembre de 2011

Orgullos y otras ínfulas


Un tal Ricardo Combariza, acuñó una frase que dice:

“La soberbia es tal vez una de las formas de expresión más refinadas que tiene la estupidez”.
 
Esta frase ilustra convenientemente lo que sigue a continuación:
 
Cuando comencé a trabajar en el hospital en donde hace ya muchos años que presto mis servicios, una de las cosas que más me chocaron y que todavía no comprendo fue el desmedido clasismo, la exacerbada arrogancia y el endiosamiento paranoico que imperaba en algunos de los profesionales de la institución y en otros que vinieron después. Sobre todo en aquellos que ostentan una posición más elevada con respecto a otros.
 
Individuos vanidosos y soberbios que tienen el ego tan subido que evitan incluso mirarte a la cara porque dan por supuesto que eso sería rebajarse de alguna manera. Y en este punto me viene a la memoria una frase que pronuncia el actor Anthony Hopkins interpretando a Don Diego de la Vega en la película “La máscara del Zorro”: “Montero se considera un verdadero noble, nunca mirará a un sirviente a los ojos”. Esta frase define muy bien a algunos sujetos de los que hablo.
 
Se trata de gente que está tan llena de prejuicios y altivez que ven en las escalas profesionales por debajo de la suya a personas inferiores, dando por hecho que esas personas son menos inteligentes, menos cultas, y que por tanto sus opiniones no deberían ser tenidas en cuenta ya que para ellos no tienen ningún valor. Craso error según mi opinión pues están prejuzgando a personas que pueden ser (y en muchos casos así es en efecto) más cultas y más inteligentes que ellos mismos y quizá, en su tiempo, sólo les faltó disfrutar de las oportunidades que ellos tuvieron.
 
Estos tristes personajes, que por desgracia uno encuentra con cierta frecuencia, se creen seres superiores, con una vanidad y engreimiento rayanos en la paranoia. A menudo están faltos de los más elementales valores de convivencia, probablemente porque no han recibido una educación y unas normas de comportamiento idóneas y que acaso hayan sido niños mimados en exceso, con una sobreprotección excesiva y a los que no se les ha inculcado nunca ningún respeto por los demás.
 
Con su orgullo desmedido, su vanidad enfermiza y su falta de valores y de educación francamente patológicos producen en mí un sentimiento de pena, pena porque sé que estoy ante personas realmente enfermas, con graves trastornos de comportamiento que debería tratar un buen psicólogo.
 
Termino con una frase del poeta estadounidense Henry Wadsworth Longfellow: “En carácter, en comportamiento, en estilo, en todas las cosas, la suprema excelencia es la sencillez”.
 
Y con otra de Confucio: “Donde hay educación no hay distinción de clases”.
 
Marco Atilio









domingo, 11 de septiembre de 2011

Los dineros de sus Señorías


Se han hecho públicos los patrimonios de Diputados y Senadores. (Puedes mirar la información aquí). Pretendían con esta medida ser más transparentes y lo único que han conseguido es todo lo contrario. Porque me da la impresión de que esta información está a todas luces incompleta y que sus señorías parecen pretender burlarse de nuestra inteligencia.
 
¿Dónde están las declaraciones de bienes y actividades de sus cónyuges e hijos? ¿Dónde una declaración jurada de no poseer bienes, activos financieros, o cuentas bancarias en el extranjero? ¿Dónde una declaración de las obras de arte, joyas, antigüedades o bienes muebles de valor que posean ellos o sus cónyuges o hijos?
He leído en algún periódico que para nada estos sueldos son exagerados y que los políticos en su inmensa mayoría son gente honrada, afirmaciones estas con las que no estoy de acuerdo en absoluto.
 
Uno: Los políticos españoles sí que tienen sueldos exagerados si los comparamos con el sueldo que cobra más de la mitad de la población española, 800, 900, 1000 euros mensuales. No son exagerados, son exageradísimos.
 
Dos: Los políticos españoles no son gente honrada en su inmensa mayoría. 
 
¿Acaso es de ser honrado haber mandado al paro a casi cinco millones de personas? 
 
¿Es acaso honrado mantener sueldos de miseria para la gran mayoría de la población? 
 
¿Es honrado rebajar el sueldo a los funcionarios? No olvidemos que funcionarios entre otros son aquellos que salvan vidas, que velan por nuestra seguridad, que apagan incendios, que imparten enseñanza, en definitiva gente que trabaja para ayudar a sus conciudanos.
 
¿Es honrado recortar en servicios básicos para la ciudadanía como son sanidad, educación y seguridad? 
 
¡Por favor, si esto es lo que han hecho, siguen haciendo y harán en el futuro! ¿Y esta gente es honrada? Estos son unos chorizos de campeonato que lo único que les mueve es un vil y asqueroso interés propio.
 
Hay una frase que describe muy bien lo que es un político, la pronunció (y esto sí que es extraño) otro político, Louis McHenry Howe, amigo íntimo y asesor personal del presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, dijo McHenry: "Nadie puede adoptar la política como profesión y seguir siendo honrado.".
 
Y para colmo lo hagan mal o rematadamente mal, no se les puede pedir responsabilidades cuando en muchísimos casos y a tenor de los resultados de su mala gestión deberían devolver todo el dinero que han ganado e incluso ir a la cárcel por dejar un país empobrecido hasta límites que desde hace mucho tiempo no se conocían. Esto y no otra cosa es lo que han logrado sus señorías con sus nefastas políticas antisociales.
 
En lo que sí estaremos de acuerdo es en que la política es un muy buen oficio que renta pingües beneficios. La pena es que muchos de estos parásitos están ahí porque en sus respectivas profesiones eran malos de campeonato y la salida más cómoda y rentable fue el camino de la política. A poco que te desenvuelvas un poco con la palabra, seas en extremo embustero y tengas más cara que espaldas eres apto para poder entrar en esta “casta elitista” y poder vivir del cuento. Además gozarás de muchísimas prebendas y privilegios. ¿No lo crees? Infórmate aquí.
 
Si al menos fueran personas inteligentes, con ideas inteligentes para resolver problemas, pero es que ni eso, muchos ni siquiera tienen formación universitaria, y además demuestran una falta de cultura francamente preocupante para los cargos que ostentan. Que se hayan convertido en un problema para la ciudadanía como lo demuestran las encuestas ya es un dato más que significativo. 
 
¡Y que haya tantas personas en España que con los sueldos que pactan y dictan estos impresentables no tengan ni para vivir! Y no digamos de los que han perdido su empleo. ¡Esto es pura basura!
 
¿Y estos caraduras, con todo su futuro resuelto, con sueldos y privilegios que les permiten engordar más y más sus patrimonios, que probablemente nunca han estado ni estarán en la piel del ciudadano medio, aquel que lucha por llegar a fin de mes con mil esfuerzos, son los que van a arreglar el problema del paro, de las desigualdades sociales, de la economía y nos van a traer prosperidad a España…? ¡Apañados estamos si lo creemos así!
 
Si tuviéramos un poco de decencia no los votaríamos nunca, o al menos, votaríamos algún partido que con sus políticas traiga prosperidad al pueblo que estos miserables han escarnecido, que permita a las personas vivir dignamente y que luche contra las injusticias y las cada vez más desigualdades sociales proporcionando una más justa y equitativa distribución de la renta pero… ¿dónde está ese partido?
 
Marco Atilio
















viernes, 2 de septiembre de 2011

Amaneceres Marineros


Contemplando el mar desde la terraza de la habitación del hotel, apuro mis últimos días de vacaciones. Luego vendrán la rutina y la monotonía del día a día.
 
Es temprano y la calma impera. El sol asoma tímidamente apenas y sus rayos reverberan como diamantes en las tranquilas aguas del Mediterráneo que luce como un espejo.
 
El trino de las golondrinas y los gorriones se mezclan con el graznar característico de las gaviotas mientras las olas rompen contra la playa en un ciclo sin fin.
 
Una ligerísima brisa mueve las hojas de las palmeras ubicadas a lo largo del paseo marítimo. La playa está vacía de sombrillas y de bañistas en una extraña soledad, sólo dos pescadores aficionados, sobre el espigón, con sus cañas (quizá recién compradas) lanzan sus anzuelos a las tranquilas aguas intentando que “pique” algún pez, y si tienen suerte, luego enseñarán, ufanos, sus capturas a sus amigos y familiares.
 
A unos cientos de metros de la orilla, tres barquichuelos lanzan sus redes en busca del ansiado pescado. Bastante más lejos, sobre la línea del horizonte, un barco de mucho mayor calado, navega paralelo a la costa rumbo a poniente.
 
Estos amaneceres junto al mar, su sola contemplación, relaja mis sentidos y me llenan de paz y de sosiego, luego los recordaré con agrado y, sin duda, al rememorarlos, me ayudarán cuando la rutina y quizá la melancolía se apoderen de mí en los días grises del largo invierno.
 
Marco Atilio







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