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martes, 12 de abril de 2022

Hipocresía y Semana Santa

 

Que la Semana Santa ha dejado de ser una fiesta religiosa para convertirse en un folclore tradicional es algo que resulta evidente desde hace muchos años. Las connotaciones religiosas las hemos dejado en un segundo plano y nos hemos centrado en el divertimento personal, en la ostentación y en el lujo de pasos de misterio y de desfiles procesionales. No debiéramos ser hipócritas, hay que reconocer que, en general, vemos nuestras procesiones de Semana Santa, nuestros tronos, nuestros cristos y vírgenes desde un punto de vista artístico y estético y no por su carácter religioso.

El carácter simbólico de la Semana Santa, su mensaje y lo que significa se ha ido desvirtuando con el paso del tiempo. Y no debiéramos olvidar que nuestras procesiones representan el sufrimiento y la posterior muerte de un Hombre, aceptado por los cristianos como el Hijo de Dios, que dio su vida por la salvación de la humanidad hace más de 2000 años. Escenifican unos acontecimientos terribles de la historia y de lo crueles que pueden ser los humanos con sus semejantes.

Yo tampoco quiero ser hipócrita, aunque en mis tiempos jóvenes también fui cofrade, nunca miré la Semana Santa más allá de una fiesta para disfrutar, para engalanarme y para lucirme en las diversas bandas de cornetas y tambores a las que he pertenecido.

Es posible que haya gente, seguramente mucha, que perciba sensaciones diferentes a las mías. Personas que sientan una especial devoción por un cristo o una virgen, algunas veces una devoción exagerada que no puedo entender y a duras penas comprender. Sobre todo cuando en la Biblia se prohíbe expresamente adorar imágenes: "No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás…" (Éxodo Cap. 20 vers. 3-5). Pero bueno, también hay que entender que no se adoran esas imágenes por el hecho de serlo, sino por lo que representan, o al menos así debiera ser.

De cualquier manera, el mensaje de Jesús ha sido totalmente desvirtuado por la Iglesia Católica, verdadera adalid de la hipocresía que también alcanza a muchísimos de sus fieles. La hipocresía era algo que odiaba Jesucristo y siempre se manifestó en contra de ella tachando a los que por aquel entonces ostentaban el poder religioso de hipócritas y de sepulcros blanqueados. A la Semana Santa no se la puede contextualizar en un sentido religioso porque desde hace tiempo ese no es el mensaje que transmite.

A mí me hace mucha gracia ver algunas personas tras los pasos de misterio portando velas, rosarios, cruces, etc. Conozco algunas de ellas y me consta que son personas que distan mucho de ser paladines de la bondad y en donde el egoísmo, la avaricia, la envidia, la intolerancia y el odio son algunas de sus señas de identidad. A pesar de ello, hablando con esas personas, te puedes quedar pasmado con qué vehemencia defienden su fervor religioso y penitencial.

Y pasean su hipocresía, una hipocresía llevada hasta límites difícilmente entendibles, en largas hileras acompañando a Aquél, que un día torturaron y mataron. En fin...

Sea como fuere, a mí personalmente me gusta mucho la Semana Santa, sus desfiles procesionales, la música de sus bandas, la belleza de sus tronos, de sus cristos y dolorosas. Disfruto mucho con su contemplación aunque fuera de otras connotaciones que las estrictamente estéticas y artísticas. Y tengo que decir, que una cosa nada tiene que ver con la otra, que creo en Jesucristo, me parece que fue un hombre excepcional, una persona fuera de lo común. No sé si es el Hijo de Dios como así nos lo han hecho creer, personalmente me gustaría que así fuera, de cualquier forma su mensaje es tan bonito, tan solidario, tan tolerante, tan lleno de paz, de bondad y de amor, que si no es el Hijo de Dios es alguien de su familia.

«Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí». (Mateo cap. 15 vers. 8).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es verdad que la gente es cada vez menos semana santera, y que solo le importa el bien de ellos mismos. En la pandemia que todavía nos azota, hemos visto el comportamiento de muchos individuos, que no les a importado el bienestar del prójimo, como les va a importar la semana santa, si es para conmemorar y honrar a un hombre que en su día dio la vida por ellos. Lo que pasa, es que cada vez tenemos mas información de cualquier tema, y cada tema se escribe y se interpreta por cada persona como quiere, entonces si juntamos todo esto, lo que mas nos bombardea en la sociedad, son que los bares, hoteles y demás están llenos por esta semana, no por lo que significa en si.
eltodopoderoso

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