BIENVENIDOS A YUMYS GALAXY, EL RINCÓN DE F.J.M. (MARCO ATILIO).

jueves, 31 de diciembre de 2020

¡Adiós 2020!

 

Llegaste con alegría, cargado de buenos deseos, de promesas y de ilusiones. Un nuevo año… otro año más.

Pronto empezaste a mostrar tu rostro, tu verdadero y endemoniado rostro. Todavía no había pasado el invierno cuando nos derribaste de un puntapié. En tu seno albergabas el maldito coronavirus. El organismo fantasma que pondría el mundo patas arriba con su llegada.

Nos trajiste un confinamiento severo y nos tapaste la cara con mascarilla. De pronto todo empezó a ser diferente. Todo aquello que conocíamos… y en el fondo amábamos, aunque por rutinario no le prestábamos mucha atención, lo arrebató el coronavirus. De repente no pudimos besarnos, abrazarnos, estrecharnos la mano… juntarnos, por temor al contagio. Y nos dimos cuenta que todo aquello era importantísimo en nuestras vidas aunque, por cotidiano, probablemente nunca llegáramos a pensarlo.

Te llevaste la Semana Santa… mi Semana Santa. La fiesta en la que tanto disfruto con el paso de los tronos, el sonido de las bandas, el tronar de los cohetes, el bullicio de la gente, el apretarse unos a otros para ver pasar el Cristo y la Dolorosa. En su lugar nos dejaste silencio, calles desiertas y mucha amargura. Amargura en los cofrades, en los dueños de restaurantes y bares, en los niños que se iban a vestir de nazarenos por primera vez. ¡Silencio, calles desiertas y amargura!

Estuvimos confinados mucho tiempo, tanto, que cuando por fin pude salir a dar mi primer paseo, un arrabal de emociones me inundó. Porque sentía cosas que antes me parecían normales y no reparaba en ellas. El viento en la cara, el gorjeo de los pájaros, la contemplación de los árboles, de los jardines, de las plazas y de las calles, el transitar de los coches. Una sensación extraña y hasta diría que ridícula, pero de pronto vinieron a mí un arrabal de emociones y comencé a valorar todo lo que representaba mi vida cotidiana antes de que llegara este infierno.

También me arrebataste los abrazos, los besos, las reuniones familiares, las fiestas con los compañeros y amigos. Las cervecitas en las terrazas, las comidas en los restaurantes con la familia, los viajes de placer a la playa, a la sierra, a visitar otras ciudades y otros pueblos… a movernos con libertad. La libertad que me arrancaste y nos arrancaste por temor al contagio.

Y luego te llevaste la Feria. La algarabía y el bullicio de la gente divirtiéndose y pasándolo en grande. Te llevaste las cervezas y el tapeo de la “Feria de día” y también los churros de madrugada. Te llevaste el regocijo de los niños a los que arrebataste disfrutar de la “Cabalgata de Gigantes y Cabezudos” y de montar en el “Tren de la bruja”. Cambiaste el alumbrado ferial por silencio y oscuridad.

Ni siquiera estas navidades dejas que sean normales, porque no podemos disfrutarlas como quisiéramos: rodeados de todos aquellos que amamos, disfrutando de los abrazos y besos de la familia a quien mantienes alejada y con miedo a reunirse. Porque siempre estás al acecho para amargarnos la existencia, para resquebrajar nuestra salud e incluso para arrebatarnos la vida.

Al fin te vas 2020, te vas dejando un rastro de miseria y desesperanza en muchos. Esperemos que tu hermano 2021 nos traiga cosas mejores. Esperemos que podamos vislumbrar el final del largo y horroroso túnel en los que nos ha metido el coronavirus. Brindaremos, como lo hicimos hace doce meses, por la entrada del nuevo año. Y lo haremos sin fiarnos demasiado, aunque con la ilusión y la esperanza de que en 2021 se empiece a vislumbrar el final de esta horrible pesadilla.

¡Adiós 2020! Nunca te echaré de menos. De todas las cosas que me has arrebatado hay una que no te perdonaré jamás: “La de no poder abrazar y besar a mi madre por miedo a contagiarla del maldito coronavirus que trajiste contigo”.


miércoles, 30 de diciembre de 2020

Reencarnación y tiempo

 

El tiempo es un concepto complejo y ambiguo que la humanidad, a lo largo de la historia, ha intentado comprender y explicar aunque diría que todavía sin mucho éxito. Es más, estoy seguro que aún no se conoce muy bien qué es el tiempo y cómo funciona.

Desde un concepto filosófico, San Agustín relacionaba al tiempo con el alma y lo concretaba en que el pasado es algo que ya no existe, el futuro algo que vendrá y el presente se escapa, transformándose en un recuerdo, es decir en pasado. Algunos estudiosos definen al tiempo como la esencia humana.

En fin, sea como fuere, a mí personalmente me surge una duda y enlazo el concepto de tiempo con mi creencia en la reencarnación:

¿Acaso el tiempo no será más maleable de lo que suponemos cuando se trate desde un punto de vista espiritual? Parece que los viajes en el tiempo para una persona física no son posibles por aquello de la paradoja del abuelo: “Si viajo en el tiempo y mato a mi abuelo antes de que este tenga hijos ¿cómo voy a nacer yo? y si no nazco ¿cómo voy a viajar en el tiempo para matar a mi abuelo…?  Sin embargo ¿qué pasa a nivel espiritual?, aquí no hay paradojas que valgan porque todavía no existo. Me explico a continuación:

Que la vida no termina con la muerte es algo que creo desde hace tiempo. Todo en el Universo evoluciona, nosotros no íbamos a ser menos.

Una vida no es suficiente para alcanzar la última etapa evolutiva, necesitamos de muchas vidas para conseguirlo. Además, la vida de miseria que llevan muchas personas necesita otra oportunidad. No creo en que nuestra existencia, para bien o para mal, se rija por la casualidad. Esto tiene que tener algún sentido que le dé lógica a nuestro paso por la vida física. Necesitamos reencarnarnos cuantas veces sean necesarias.

Pero cuando llegue el momento de reencarnarnos… ¿dónde será? ¿Será en la Tierra, o será en otro de los millones y millones de planetas esparcidos por el Universo en donde haya surgido la vida? Incluso puede que sea en un Universo paralelo. Quizá sea en la misma Tierra pero en otro tiempo. ¿Quizá futuro? ¿O puede que pasado? ¿Quién nos dice que no podemos reencarnarnos en alguna época ya pasada de nuestra historia? En este caso, como he dicho más arriba, no habría paradoja del abuelo ya que no existo.

Es alucinante solo imaginarlo. ¿Y por qué no? Hay muchas mentes enormemente preclaras, hay muchos personajes históricos con un intelecto fuera de lo normal. ¿Acaso no podrían ser la reencarnación de alguien del futuro que ya hubiera vivido los adelantos tecnológicos de alguna época futurista? Pensemos en las pirámides del Antiguo Egipto: ¿cómo se construyeron con ese nivel de perfección y con tan limitados medios técnicos? Los arquitectos que las diseñaron sin duda fueron adelantados a su tiempo.

Los grandes astrónomos y físicos de la historia; los grandes inventores; los grandes científicos… ¿por qué no pudieron ser la reencarnación de algún espíritu del futuro que les aportara esa visión e inteligencia superiores?

En fin, sea como fuere es una posibilidad. Tampoco es que se pueda demostrar lo contrario. Para mí es algo en lo que creer, o al menos en lo que reflexionar. Porque, como he dicho alguna vez, la vida es mucho más de lo que vemos, sentimos o percibimos. Soy de los que creen que en el mundo de los seres humanos hay mucho más de lo que nuestra capacidad de raciocinio puede siquiera imaginar. Y aquí lo dejo porque esto da para mucho pero… mi tiempo es limitado.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Feliz Navidad... a pesar de todo

A pesar de que estas navidades sean unas navidades atípicas por la maldita pandemia que nos asola; a pesar de que por responsabilidad y por miedo a contagiarnos o a contagiar, en nuestras mesas falten personas con las que no nos podamos reunir; a pesar de todo ello, espero que paséis unas felices navidades y encontréis el punto de felicidad y paz que encierra el espíritu de estas fiestas. Esperemos que el año que viene sea bien distinto y se acerque mucho más a la más tradicional fiesta navideña. Sin restricciones, sin miedos… Eso espero, mientras tanto a disfrutar, en la medida que se pueda, de estas navidades tan diferentes que nos ha tocado vivir.

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

viernes, 18 de diciembre de 2020

Nubes desde mi casa

 


Precioso cielo desde el patio delantero de mi casa

sábado, 12 de diciembre de 2020

Líneas editoriales

 

¿Cómo es posible que la prensa, cadenas de televisión o emisoras de radio, con una línea editorial conservadora, encuentren mal todo lo que haga un gobierno progresista o de izquierdas y bien si el gobierno es conservador o de derechas?

¿Cómo es posible que la prensa, cadenas de televisión o emisoras de radio, con una línea editorial progresista, encuentren mal todo lo que haga un gobierno conservador o de derechas y bien si el gobierno es progresista o de izquierdas?

¿Eso es imparcialidad en la información?

Por supuesto, nosotros, como buenos borregos, solo leeremos, veremos u oiremos, aquella prensa, cadena de televisión o emisora de radio que se acerque más a nuestro ideario político. Las demás las rechazaremos de plano ya que a nuestra “capacidad de entendimiento”, esa otra prensa, cadena o emisora solo contará falsedades.

No hay duda que estamos predispuestos a leer, ver o escuchar lo que queremos leer, ver o escuchar. Sin gastar un segundo de nuestro tiempo a contrastar esas informaciones que nos llegan a través de prensa, televisión o radio y sopesar, con pensamiento crítico, lo que es veraz de lo que no lo es.

¡Hay que ver con qué facilidad nos manipulan y nos meten en el redil de sus intereses!

Y nosotros caemos, como buenos borregos, en sus maquiavélicas y aviesas intenciones.

¡Tolón, tolón!


martes, 8 de diciembre de 2020

¡Por qué tanta ignorancia!

 

El discurso con el que Isabel Díaz Ayuso inauguró el portal de Belén de la capital española contiene tantas imprecisiones históricas que sorprende el grado de ignorancia de una señora que ostentan un cargo de tanta relevancia.

Entre otras cosas Ayuso dijo:

“Con el nacimiento de Cristo medimos los siglos y se funda nuestra civilización”.

El calendario gregoriano no tiene relación con que se marque el año 1 como el del nacimiento de Cristo. La reforma del calendario promovida por el papa Gregorio XIII pretendía solucionar un problema de desfase de fechas del calendario juliano, usado hasta entonces, pues debido a un cálculo inexacto de la duración del año ciertas celebraciones religiosas se habían desplazado 10 días por el error acumulado desde el siglo IV, que es cuando esas fechas se definieron en el Concilio de Nicea. Para poder conseguir esto, el papa Gregorio XIII hizo que desaparecieran 10 días que se habían acumulado desde que se instaurase el calendario juliano. Más concretamente los días del 5 al 14 de octubre de 1582. Es decir, al 4 de octubre de 1582 le siguió el 15 de octubre.

En cuanto a que se funda nuestra civilización habría que preguntárselo a los antiguos griegos o a los antiguos romanos, muy anteriores al nacimiento de Cristo y pilares fundamentales de la civilización occidental, como bien debería saber la presidenta Ayuso.

 “El cristianismo se hace así nada más nacer. Católico significa universal”.

Aquí parece querer mezclar cristianismo con catolicismo cuando es bien sabido que el catolicismo es una rama del cristianismo, como lo son el protestantismo o la ortodoxia. En definitiva, se puede ser cristiano y no ser católico.

 “Ser católico es la antítesis de ser racista o insolidario”.

Por eso el católico está a favor de la inmigración y no es racista. Como tampoco se promulga desde ciertos sectores del catolicismo español el de cerrar las fronteras a determinadas personas por no seguir la verdadera religión: la católica. Como tampoco se difunden bulos sobre que los inmigrantes tienen más derechos que los españoles católicos, apostólicos y romanos. En fin, hipocresía y fariseísmo en estado puro.

Alguien en Twiter se hacía esta pregunta: ¿Es Isabel Díaz Ayuso la política más ignorante de la Historia de España? Pues la verdad es que si no lo es, se acerca mucho.


lunes, 30 de noviembre de 2020

Pura hipocresía

 

Dice, entre otras cosas, la canción “Dama, Dama” de Cecilia: “…sería la novia en la boda. El niño en el bautizo. El muerto en el entierro con tal de dejar su sello”. Y qué razón tenía porque…

Hay personas que “sufren” por los demás más que nadie, se “alegran” por los demás más que nadie, “quieren” a los demás más que nadie y necesitan que la gente se entere. Todo en su vida lo hacen de cara a la galería porque necesitan protagonismo, por eso manifiestan sus emociones solo cuando las demás personas pueden verlas, para que esas personas valoren su “sensibilidad” y “buen hacer”.

En realidad ni “sufren” por los demás más que nadie, ni se “alegran” por los demás más que nadie, ni “quieren” a los demás más que nadie, es todo fingido. La falsedad gobierna sus vidas y se sienten cómodas con este comportamiento. En definitiva, son hipocresía en estado puro.

¿Que si hay personas así? Las hay, podéis creerme, yo conozco unas cuantas.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

Ayudas a PYMES, ¡urgente!

 

Está bien que limiten horarios de comercios y bares para intentar frenar los contagios por coronavirus pero… ¡Por Dios Santo, que ayuden económicamente de forma  rápida y eficaz a esos negocios! Un colectivo que lo está pasando realmente mal durante esta maldita pandemia.

El Gobierno debería sacar el dinero de donde sea y si se encuentran reticentes porque acaso el gasto lo encontraran excesivo, que lo saquen del sueldo de nuestros políticos y agregados (que es una pasta), desde el Presidente del Gobierno hasta el último concejal con sueldo.

Todos ellos deberían de dejar de cobrar durante el tiempo que sea necesario. Tampoco se perdería mucho… ¡Total, para lo que sirven!


lunes, 2 de noviembre de 2020

Daños colaterales del coronavirus

 

Y la noche en forma de coronavirus cayó sobre la Tierra y lo cubrió todo de tinieblas.

Y llenó de muertos muchos rincones de este bendito planeta.

Y hubo otros muchos que se vieron abocados a la desesperación viendo con impotencia su mundo resquebrajarse.

Y el dolor se adueñó de sus vidas y no les quedó nada, solo caos y desolación.

Y el virus quebró sus proyectos y rompió sus esperanzas.

Y el virus les quitó el pan y la sal y las ropas conque se vestían.

Y llenó de desolación y de hambre un mundo en el que un día muchos podían comer.

Y la felicidad de mucha gente la trocó en tristeza y pesadumbre.

¿Dónde queda la vida que conocíamos?

En unos pocos meses el virus ha dejado en muchos, miedo y desdicha, llanto y amargura. Ya no les queda nada, solo les queda la sombra de su mundo desangrado.

Y la humanidad contiene el aliento a la espera de una vacuna que nos haga doblegar al enemigo y ganar al fin esta guerra… con demasiados daños colaterales.

¡Ojalá se puedan reparar algún día y la esperanza vuelva a iluminar a aquellas personas que perdieron el sustento por el camino!

¡Por favor Dios, Amén!


miércoles, 28 de octubre de 2020

Salud o economía

Existe una gran dicotomía entre los que prefieren, o más bien los que aceptan, el peligro de contagio por coronavirus y los que ven en las restricciones la solución.

Los que lo aceptan dicen que si no mueren de Covid van a morir de hambre. Y a lo mejor llevan parte de razón. Ciertamente es un problema peliagudo.

Sea como fuere, apostar por la inmunidad de grupo, según los expertos, es un auténtico suicidio. El Sistema de Salud colapsaría y morirían muchas personas. Unas de Covid, otras muchas de otras dolencias que no podrían ser atendidas ni tratadas.

La verdad es que es difícil gestionar esta situación. Y es cierto que muchas personas están pasando por verdaderos problemas económicos, sin embargo existen ayudas para paliar, siquiera sea mínimamente, este auténtico desastre.

Es poco el consuelo, lo sé, pero después de la muerte no hay nada. Sin embargo queda la esperanza de que esto pasará tarde o temprano y se podrá recuperar mucho de lo perdido. Aunque probablemente y por desgracia no todo.

Comprendo que hay que ponerse en el lugar de los que lo han perdido, o van a perderlo todo y la desesperación del que ve su sustento peligrar, pero mientras hay vida hay esperanza, porque después de la muerte, como he dicho antes, no queda nada. "La muerte te quita todo, todo lo que tienes y todo lo que podrías tener" que dijera Clint Eastwood en “Sin perdón” a través de su personaje de “William Munny”.

Un tema complicado y difícil de gestionar, aunque se debería ayudar, sin cortapisas, desde los poderes públicos, a los autónomos, a las medianas y pequeñas empresas, a los trabajadores, que se hayan visto afectados por este inmisericorde virus que está librando una guerra, y bien gorda, contra el ser humano y que está dejando tantos daños colaterales por el camino.

De cualquier manera, si la gente fuera responsable y pusiera en práctica todas las medidas de precaución para no contagiarse, estoy seguro que no habría que recurrir a confinamientos ni restricciones. Muchos jóvenes y adolescentes y algunos no tan jóvenes tienen bastante culpa de lo que está pasando con sus actitudes imprudentes y necias.

Los descerebrados, irresponsables e insolidarios salen a relucir en estas tesituras. Por desgracia hay muchos, y esta pandemia lo está demostrando sobradamente; y por la actitud de esas inmundas cucarachas pagamos los demás. Es la esencia del ser humano. Una especie que suele tirar piedras contra su propio tejado. 

 

Responsabilidad para frenar el desastre

 

La segunda oleada de la mal llamada gripe española causó muchas más muertes que la primera. Este coronavirus se está comportando de modo muy parecido a aquel de hace 100 años.

Si el Sistema Sanitario colapsa (y estamos muy cerca de que ocurra) el desastre podría ser de proporciones bíblicas. La responsabilidad individual en estos tiempos es crucial. De nosotros y de nuestra actitud depende no convertir esto en un infierno.


sábado, 24 de octubre de 2020

¡Sálvese quien pueda!

 

Llegados a este punto de la pandemia que nos asola, con los casos multiplicándose cada día, pienso que el final de esta pesadilla, como ya ocurrió en 1920 con la gripe española, tendrá lugar cuando consigamos la llamada inmunidad de grupo. Esto va a suceder tarde o temprano ya que la vacuna, mucho me temo, no estará disponible antes de que eso suceda. Creo que serán pocos los que no acabemos contagiados más pronto que tarde, eso dependerá de la suerte de cada cual independientemente del grado de responsabilidad personal de cada uno de nosotros. Porque a pesar de que extremes las medidas para no contagiarte, hay muchos otros factores que influyen y que no podemos controlar, de ahí el factor suerte.

Cuando todo esto acabe, será el momento de contabilizar los muertos causados por este maldito coronavirus; directos por contagio y colaterales por otras enfermedades no atendidas a su tiempo. Y mucho me temo que cuando se haga balance serán muchos, muchos millones las personas que se habrá llevado el implacable SARS-CoV-2. Mientras tanto, y a la espera de una deseada vacuna que acorte este auténtico desastre… ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!


martes, 20 de octubre de 2020

Tiempos de coronavirus

Que este coronavirus que nos asola se irá algún día parece obvio. ¿Cuándo será ese día? Nadie lo sabe. Lo que sí sé es que si pasan dos o tres años para que esto suceda, serán años perdidos de mi vida. No es lo mismo dejar pasar esos dos o tres años cuando tienes 25 ó 30 que cuando tienes más de 60. Está demasiado cerca el final de la vida como para perderla de forma tan infame. A estas edades cada segundo cuenta.

viernes, 9 de octubre de 2020

Carroña política

 

Los políticos son increíbles. Cuando huelen “sangre” se lanzan al cuello del adversario cual hienas hambrientas e intentan “destrozarlo”. ¿Para qué? Para ocupar el poder que acaso ocupa el oponente político y continuar fastidiándonos la vida, posiblemente de distinta forma a como lo hacían los otros, pero fastidiándonos en definitiva. No saben hacer otra cosa. ¡Puaj!


Tertulias políticas en Televisión

 

Los programas televisivos de contenido político están tan mediatizados por las líneas editoriales que siguen, que más que informar, sus respectivos presentadores/as opinan en base a esas líneas editoriales.

Sus presentadores/as y contertulios no hacen más que ceñirse al guión preestablecido intentando que su mensaje cale en el televidente.

La verdad es que muchos de esos programas se han convertido en auténtica bazofia televisiva.

Cada vez cuesta más encontrar programas que sean imparciales y ofrezcan una información no sesgada y veraz.


martes, 22 de septiembre de 2020

Nutriéndose del sufrimiento

 

Esta infame pandemia y la crisis económica asociada demuestran una cosa: de la miseria y el sufrimiento de las personas se nutren gentes sin escrúpulos, explotadores en potencia que se aprovechan, y de qué manera, de la precariedad y necesidad de las personas.

Un caso concreto y veraz ciento por ciento:

Imaginaos un supermercado, una empresa que, por razones obvias y dicho sea de paso, no tiene por qué sufrir los daños económicos emanados de la crisis sanitaria que estamos padeciendo. Los dueños de ese supermercado contratan a una persona, un profesional en el sector por experiencia y habilidad. Le ofrecen un contrato de 6 meses a razón de 40 horas semanales pero… a las primeras de cambio, esa persona contratada se da cuenta que todos los días le hacen trabajar más horas de las convenidas y que, sus 40 horas semanales en la práctica, se convierten en 50 y en muchas ocasiones en 60. Así día tras día durante 20 semanas, al cabo de las cuales se le cambia el contrato por otro de media jornada a razón de 20 horas semanales pero con una endiablada condición: Su contrato será de 20 horas semanales, se le pagará solo por esas 20 horas pero… tendrá que trabajar 30 horas a la semana. Lo toma o lo deja. Si no acepta hay una bonita carta de despido esperando y muchas otras personas dispuestas a reemplazarlo. Personas que nadan en miseria y desesperanza y de las que se nutren los explotadores. Ese trabajador se siente humillado, explotado, esclavizado pero no le queda más remedio que aceptar las injustas condiciones si no quiere verse engrosando las listas del paro.

Esta es, en demasiados casos, la cultura empresarial que prolifera en España. Empresarios sin una pizca de humanidad, explotadores que ofrecen trabajo esclavo y precario y que se enriquecen a costa del esfuerzo y el sudor de sus trabajadores. Gentes impías que no debieran existir; un cáncer de nuestra sociedad que debiera ser extirpado; una lacra que habría que esquilmar de la faz de la Tierra en beneficio de una sociedad más justa.


viernes, 28 de agosto de 2020

El increíble coronavirus

 

Esto del coronavirus es increíble. Si lo piensas fríamente, un compañero, un amigo, un hermano, un hijo… aunque sin querer te puede matar; o tú a ellos. ¡Es terrible pero no deja de ser cierto!


miércoles, 29 de julio de 2020

Echo de menos mi vida anterior

¡Cuánto echo de menos mi vida anterior!, la de antes de que el coronavirus pusiera al mundo de rodillas.

Echo de menos mis reuniones familiares, besar a mi madre, a mis hermanas, a mis sobrinos…  dar la mano a mis amigos o a los conocidos. A alguien que te presentaran.

Echo de menos las fiestas de despedida que se montaban cuando algún compañero o compañera del hospital se jubilaba.

Echo de menos viajar…. a la playa, a visitar otras ciudades.

Echo de menos ir al cine, sentarme en la terraza de un bar junto a la familia o amigos alrededor de unas cervezas fresquitas.

Echo de menos la algarabía de los chiquillos en el patio del colegio.

Echo de menos el roce de la gente en las calles abarrotadas, el pedir perdón por chocar con alguien.

Echo de menos las reuniones en mi casa, con mis hijos y sus amigos, para ver en la televisión los partidos de fútbol de nuestro equipo favorito con los estadios llenos de gente.

Echo de menos la Semana Santa que no se pudo celebrar y la feria que no se celebrará.

Echo de menos la boda de mi hijo que pudo celebrarse con un montón de personas, con mi discurso ya preparado y con el que pretendía encandilar a la concurrencia y a los propios novios.

Echo de menos el sinfín de cosas que me contaría mi Javi de su viaje a Nueva York y a la Ribera Maya.

¡Echo de menos tantas cosas!

Por el temor a contagiarnos con este virus pernicioso todo ha cambiado. Ahora estamos atados a una mascarilla. Ya nada es igual. Todo es más triste. Ya no besamos, no abrazamos, no estrechamos la mano... Y, aunque se pueda hacer, nos da mucho reparo… e incluso miedo ir al cine, visitar otras ciudades, ir a la playa, sentarse en la terraza de un bar.

Desde que está con nosotros este maldito virus se perdió la vida en los colegios ahora vacíos, silenciosos y tristes.

Se perdió la Semana Santa y las bandas se quedaron mudas. Los Cristos y Dolorosas se quedaron en sus templos y mucha gente se embargó de tristeza.

No habrá fiestas ni feria, ni corridas de toros, ni actuaciones musicales en la Caseta Municipal, ni bailes, ni verbenas, ni churros de madrugada… Solo habrá silencio.

Lo que sí habrá es paro y desesperanza. Proyectos tronchados, ilusiones perdidas. Y el mundo de las personas quebrado, destrozado… roto.

¿Volveremos a recobrar todo lo perdido? No lo sé. Lo que sí sé es que mientras dure esta maldita pandemia estaremos en una especie de limbo temporal donde la vida es asquerosamente diferente.

domingo, 19 de julio de 2020

Hoy hace tres años

Ayer estuve sentado en tu silla. En la silla de la terraza en la que te sentabas a fumar tu cigarrillo. Y estuve pensando en ti, en tus charlas sobre política, en las batallitas que me contabas de tus tiempos jóvenes, en tus chistes y ocurrencias con los que tanto me reía, en tus consejos vitales que tanto me sirvieron para manejarme por la vida.

Hoy hace tres años que ya no estás con nosotros. Aquella mañana calurosa de julio tu generoso corazón se paró para siempre. La parca te llevó calladamente, sin mucho aspaviento, sin hacer mucho ruido. Te liberó de todo tu sufrimiento y al fin, pudiste descansar en paz.

A pesar de los tres años desde tu marcha, no hay día en que no piense en ti, porque tu recuerdo sigue intacto en mi corazón.

Allá donde estés quiero darte las gracias por muchas cosas pero en especial... ¡Gracias por haber sido mi padre! Algún día nos volveremos a ver.
¡Adiós, mi queridísimo padre, mi queridísimo abuelo Kiko!

viernes, 17 de julio de 2020

El drama económico del coronavirus

Las consecuencias económicas y sociales de esta pandemia se están manifestando ya en mucha gente. Miras a tu alrededor y te das cuenta que aquellos que antes vivían con dignidad ahora ya no tienen nada. El maldito coronavirus les ha quitado su medio de subsistir. Gentes que hace muy poco eran felices, que luchaban por vivir y podían hacerlo, ahora, las consecuencias económicas del coronavirus las ha arrojado al pozo de la desesperanza más absoluta, para ellos no hay un mañana, al menos no en el corto plazo. Esta crisis ha arrancado de sus vidas todas sus ilusiones y todos sus proyectos y solo les queda la incertidumbre y el desánimo. Esperemos que la Unión Europea dé una respuesta eficaz a esta verdadera tragedia.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Gobierno masoquista

Primer gobierno de coalición", Gorka Landaburu - Director de Cambio16
Este gobierno de coalición no deja de pegarse tiros en los pies. Toman decisiones inoportunas y totalmente a destiempo. De cualquier manera, la actual política española encierra una soterrada, encarnizada y, en cualquier caso, repugnante lucha por el poder. Y todo esto en plena pandemia. ¡Puaj!

domingo, 24 de mayo de 2020

Manifestaciones de hipócritas

Hay muchas personas que culpan a la manifestación del 8 de marzo como causa principal de los contagios por coronavirus. Muy probablemente influyera en ello, así como otros eventos que se celebraron esos días (el acto de VOX, partidos de fútbol…). Sin embargo, todavía no se sabía muy bien el peligro que tenía el coronavirus. Ahora que sí se sabe, la gente se manifiesta (están en su derecho) sin las más mínimas precauciones en cuanto a distancia social. Y lo curioso es que esos mismos manifestantes culpan de las muertes a quien autorizó el 8M. ¿Y ahora? Ahora ya se sabe que el estrecho contacto entre personas contagia y en algunos casos puede matar… ¿Entonces? La verdad es que el cinismo y la hipocresía de algunas gentes llegan a ser altamente perniciosos.

martes, 19 de mayo de 2020

Español como el que más

Desde hace mucho tiempo se han asociado los símbolos de España (la bandera, el himno…) con una determinada ideología política. Y el resto de ideologías han dejado que esto fuera así, permitiendo y aceptando que se apropiaran de esos símbolos  como si los demás españoles no estuvieran también representados por ellos.

En cualquier manifestación enarbolan sus banderas como si sus protestas fueran dirigidas hacia un enemigo extranjero. Y se enfundan en ellas en un amago inútil de disfrazar su odio y su intolerancia hacia el “enemigo”, que no es otro que los demás ESPAÑOLES, aquellos que piensan diferente.

Lo podemos ver en las protestas y caceroladas de estos días; legítimas por supuesto porque estamos en democracia. Aunque no voy a entrar en lo razonable o no de las mismas. Lo que de verdad me asombra es si tiene alguna lógica protestar contra un gobierno español portando una bandera de España. Parece algo incongruente ¿no? Es como si se fuera a protestar ante la embajada de un país extranjero con el que tuviéramos alguna clase de disputa. Ciertamente paradójico. A menos que lo que se pretenda es tachar de no español a cualquiera que piense distinto como he apuntado anteriormente.

Pues me temo que están muy equivocados. Que los símbolos de España no son su patrimonio exclusivo. Que los demás españoles nos sentimos tan orgullosos de serlo como puedan estarlo ellos. Y si tenemos que gritar ¡Viva España! para ensalzarla lo haremos; pero fuera de otra connotación que no sea nuestro amor por nuestro país, tan nuestro o más que suyo. España es de todos los españoles, a pesar de que algunos quieran apropiársela. Soy español, amo a España, amo su bandera, su himno y su escudo. Amo todo lo que huela a España y me siento muy orgulloso de haber nacido en este mi adorado país. El que yo no comulgue con determinados postulados intolerantes y excluyentes nada tiene que ver con ninguna clase de propiedad patria. ¡Qué narices tendrá que ver el tocino con la velocidad!

viernes, 15 de mayo de 2020

Pandemia y estupidez


Esta pandemia del coronavirus está dejando varias lecturas interesantes:

En el terreno político se puede constatar que hay personas que suelen criticar por criticar, dejándose llevar por lo que dicen los politiquillos de turno sin pararse a analizar si llevan razón o no, si las medidas que adopta el gobierno son eficaces o no, si el discurso de los distintos partidos van encaminados a sacar rédito político de la desgracia o no.

En el terreno social estamos asistiendo a algunas manifestaciones en contra del gobierno y sus medidas, no voy a entrar si son acertadas esas manifestaciones y si llevan razón los manifestantes, de lo que sí puede uno darse cuenta es que, aún siendo legítimas las manifestaciones, ya que es un derecho constitucional, lo cierto es que en tiempos de coronavirus como estamos, la distancia social no se cumple en absoluto, con el peligro que eso conlleva a la hora de un repunte en el número de contagios. Pero eso parece no importarles nada a los manifestantes. A mi juicio unos irresponsables.

Por otro lado se puede ver a gente pasear sin mascarilla, sin mantener la más mínima distancia de seguridad, haciendo corrillos y hablando y comportándose como si todo esto no fuera con ellos. Es decir, sin adoptar ninguna medida para evitar el contagio. Que o mucho me equivoco, o el número de contagiados subirá en las próximas semanas dado el comportamiento incívico de muchísimas personas.

En fin, como conclusión, todo esto me demuestra una inquietante verdad:

En cualquier sentido que lo analices, esta pandemia está descubriendo que hay muchos imbéciles, disfrazados de idiotas y que parecía que solo eran estúpidos… y superándose cada día.

lunes, 4 de mayo de 2020

Crisis coronavirus, Estado de Alarma y rencillas políticas

Me da la impresión que el PP, con Pablo Casado a la cabeza, se equivoca cuando dice que no apoyará más prórrogas del Estado de Alarma. Me parece una grave imprudencia, propia de una oposición irresponsable que parece importarle más sacar algún tipo de rédito político, en detrimento de la salud de los españoles.

Se ha demostrado que las medidas de confinamiento están surtiendo efecto. Las medidas de relajamiento progresivo, a mi entender resultarán mucho más eficaces, con el paraguas del Estado de Alarma por si volvieran a repuntar los contagios y las muertes y hubiera que volver al confinamiento.

Mucho me temo que nos podemos pegar un batacazo de aúpa posiblemente traducido en más contagios y más muertes.

Y todo esto no lo digo infectado por ningún tipo de ideología. Me considero un librepensador y alguien con capacidad y pensamiento crítico. Es por ello que la lógica me dice que puede ser un descomunal error relajarse antes de que termine el partido.

Por otro lado tampoco el gobierno debiera bunkerizarse y hacer las cosas sin contar con los partidos de la oposición y sin las Comunidades Autónomas. Para que el barco llegue a buen puerto en este cuento, deben arrimar el hombro todos los actores. Y con todos ellos se debe contar. A este gobierno de coalición se le debe criticar cuando haga las cosas mal, aunque nunca criticar por criticar, sino aportando ideas y soluciones para resolver entre todos la grave crisis que ha provocado el coronavirus.

Esta crisis va más allá de cualquier clase de ideología. Está en juego la salud y el bienestar de todos los españoles y haríamos bien en dejar de lado nuestras discrepancias políticas y los políticos olvidarse de rascar cualquier beneficio partidista y todos juntos remar en la misma dirección.  Porque de otro modo España se hundirá y no tenemos salvavidas.

miércoles, 22 de abril de 2020

Políticos de asco


En lugar de unirse ante el desastre del coronavirus y aportar soluciones, los partidos políticos se tiran los trastos a la cabeza. Y para colmo de males, muchos les siguen el juego y critican a su vez con fiereza. A veces con razón (las menos)  y otras (las más) sin ella. Hay que dejar las diferencias ideológicas para cuando pase esta tormenta y arrimar el hombro para salir con el menor daño posible de esta pesadilla. Malditos políticos de asco y maldito pueblo aborregado.

No tengo preferencias ideológicas ni estoy afiliado a ningún partido. En este sentido me considero un librepensador. Pero me da en la nariz que cualquier partido que hubiera estado en el gobierno, sea del signo político que sea, esta pandemia le hubiera cogido por sorpresa y, a lo mejor, hubiera hecho lo mismo que este gobierno de coalición. O a lo mejor lo hubiera hecho peor, quién sabe. Y es que, visto lo visto en otros países de nuestro entorno, las medidas que aquí se han tomado no difieren mucho de las de los demás. Al menos esa es mi percepción.

De cualquier manera, creo que los partidos de la oposición en España no están a la altura de lo que mandan las circunstancias. Intentar sacar rédito político de esta tragedia es tan vil como repugnante.

sábado, 18 de abril de 2020

Hay tontos que tontos nacen...

“Hay tontos que tontos nacen, hay tontos que tontos son y hay tontos, que quieren hacer tontos, a los que tontos no son”.

Está bien… ¿verdad?

Este refrán se lo escuché a mi padre en varias ocasiones. “Seguro que hay muchos especímenes de estos por ahí” me decía también.

¡Y qué razón tenía!

martes, 14 de abril de 2020

Conversación con mi Julita

En estos días de confinamiento forzoso, llamo por teléfono a mi Julita (mi madre) dos veces al día: por la mañana para darle los buenos días y por la noche para desearle felices sueños y también, por supuesto, para saber cómo se encuentra. Esta mañana, como de costumbre, también lo he hecho. Entre otros temas, la conversación derivó en lo siguiente: 
  • JULITA - Ayer me llamó Mari Juana (mi prima). Después de hablar con ella y cuando ya había colgado, recordé que tenía que haberle dicho una cosa más, pero como no tengo su número de teléfono apuntado no pude hacerlo. Poco después me llamó Antonio (mi cuñado), le comenté que me había llamado Mari Juana pero que yo no pude hacerlo porque no tenía su número. Pero él me dijo que el número se quedaba apuntado en el teléfono, que cuando me subieran la comida lo miraría. Pero estoy pensando que yo no quiero que me abra (literal) el teléfono para mirar el número no sea que me lo trastorne (también literal).
Me quedé ojiplático y solté una carcajada. Lo siento, no pude evitarlo. Entonces le contesté: 
  • YO - Entonces…, tú crees que tiene que coger un destornillador, abrir el teléfono y sacar los números del teléfono de Mari Juana… ¿no? 
  • JULITA - Claro y además, yo no tengo destornillador así que tendría que traerlo él. Pero que no, que no, que no me abre el teléfono para que me lo trastorne. 
¡Dios Santo mi pobre Julita! Ella no fue al colegio. De hecho aprendió a leer pero no a escribir y, por supuesto, se lleva muy mal con las nuevas tecnologías. Tampoco las entiende… ni falta que le hace. 

Lo más dulcemente que pude le expliqué: 
  • YO - Vamos a ver Julita, el número de Mari Juana se ha quedado en la memoria interna del teléfono y se accede a ella (en realidad le dije: “lo puedes mirar”) a través de una tecla que tiene tu teléfono. Es muy fácil y Antonio seguro que sabe hacerlo muy bien y no te trastornará el teléfono. 
  • JULITA - ¿Ah sí? Pues yo creía que tenía que abrir el aparato y mirar por dentro. ¡Pues sabes que sí…! 
Más o menos esa fue la conversación sobre el número de mi prima y el teléfono de mi madre. Después de desearle buen día me despedí de mi adorada y entrañablemente ingenua Julita hasta la noche.

lunes, 6 de abril de 2020

Fake News


En estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, muchas falsas noticias, muchos bulos y muchas mentiras, circulan por Internet y por redes sociales (WhatsApp, Instagram, Facebook…) en relación a la pandemia por coronavirus que está sufriendo la humanidad. Hasta en estas horas oscuras aprovechan para difundir basura las malas personas que hay detrás de estas infames falacias, cuyo maquiavélico fin es desprestigiar, desinformar y manipular, con el objeto de influir en las conductas de la sociedad.

Mucho cuidado pues con esas noticias falsas en forma de videos, artículos y demás.

Antes de compartir verifica la autenticidad de las mismas. No te conviertas en un borrego ignorante con esquila y todo, de los de tolón tolón, que da verosimilitud a cualquier cosa que le llega y le falta tiempo para compartirla y divulgarla a diestro y siniestro. Estarías haciendo mucho mal con esa actitud propia de jumentos orejigachos.

jueves, 19 de marzo de 2020

El maldito coronavirus

Aquí, en el patio delantero de mi casa, fumando un cigarrillo. Son las 12 y media de la noche y España está en cuarentena por el maldito coronavirus.

Muchas veces he hecho esto antes y normalmente el silencio a esas horas es el que predominaba, pero de vez en cuando lo rompía el sonido del motor de un coche al pasar, o el murmullo de alguna conversación lejana. Pero hoy es algo diferente. Hoy el silencio es extraño, misterioso y muy profundo. Se puede oír… ¡el silencio! Es como si la vida hubiera dejado de fluir.

Mil pensamientos acuden a mí en tropel: Proyectos interrumpidos, ilusiones cortadas, esperanzas quebradas… de mucha gente, al menos por el momento. Pienso en mis compañeros y compañeras del hospital: médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, celadores, pinches, limpiadoras… Cada uno importantísimo en su labor. Maravillosos profesionales que se exponen cada día al maldito virus y que realizan una labor  (a veces no suficientemente valorada) fundamental para la sociedad. Ojalá estuviera yo junto a ellos y ellas, y juro por Dios que no es hipocresía.

En mis ya largos años de vida no creí que podría llegar a vivir un momento como este. Supongo que lo mismo les pasará a otras personas.

Cuando todo esto pase veremos el alcance que tiene el paso por nuestras vidas de un enemigo diminuto, que no podemos ver, pero que es poderosísimo. Ha sido capaz de (por el momento) doblegar el mundo entero.

Acabo mi cigarrillo, Morfeo me llama a voces, es hora de pensar en acostarse. En fin, un día más en la guerra del mundo contra el coronavirus.

martes, 10 de marzo de 2020

Ratas de laboratorio

Me da la impresión que esta crisis del coronavirus encierra más de lo que nos cuentan. Me pregunto si no habrá detrás algún oscuro interés económico. En fin, no lo sé. De lo que sí estoy convencido es que las personas somos “ratas” de laboratorio en manos de los grandes poderes económicos que manejan el mundo. Creo que el fin último que persiguen, es acumular ganancias manteniendo a toda costa el statu quo que les interesa, a base de experimentar con la sociedad en su conjunto.

Se inventarán las crisis que sean necesarias, se sacarán de la manga cualquier cosa para restringir derechos sociales. Para que los sueldos sean lo más bajos posible. Recortarán las pensiones e intentarán privatizar el Sistema. Idearán mil planes para privatizar servicios esenciales para la sociedad como la sanidad o la educación, recortando en ellos para que la gente vea estos servicios unos servicios mediocres y tener la excusa perfecta para privatizarlos.

El ingenio del poder es grande y malévolo. Como ya dije en alguna ocasión, el capitalismo es un adversario ciclópeo, un gigante que hay que derribar. Somos muchos enanos y es en nuestro número donde reside nuestra fuerza para poder derribar a este monstruo que nos subyuga y esclaviza.

Lamentablemente, el tiempo me ha ido demostrando que, aunque seamos muchos los enanos, es tan grande el poder del dinero en el mundo que me parece que llevamos todas las de perder. Y no atisbo ningún rayo que nos haga tener la menor esperanza.

Seguiremos siendo “ratas” de laboratorio y seguirán experimentando con nosotros hasta que la raza humana desaparezca por alguna catástrofe natural o por su propia irresponsabilidad. Mientras tanto a joderse, a aguantarse y a esperar la próxima ocurrencia del mundo capitalista (al que solo le preocupa el poder que da el dinero) para hacernos la vida un poquito más difícil. Cueste lo que cueste y pese a quien pese, en este caso nosotros, los ciudadanos de a pie, las “ratas” de laboratorio.

martes, 3 de marzo de 2020

Convivencia


Quien embarra la convivencia con sus indecentes actos, tiene que asumir el riesgo de ser excluido.


viernes, 14 de febrero de 2020

Sabiduría y tontuna



El contenido de la frase que viene a continuación, lo he podido constatar de forma empírica bastantes veces a lo largo de mi vida. La he compartido por WhatsApp, por Twiter y mi blog no iba a ser la excepción. La frase se me ocurrió hace poco. A ver qué opináis. Es esta:

“La vida me ha enseñado que a medida que pasan los años, el sabio se hace cada vez más sabio y el tonto cada vez más tonto”.



domingo, 12 de enero de 2020

Nostalgia


He trabajado durante bastante tiempo en un hospital. Ahora ya no lo hago porque me jubilaron por mi lesión en la pierna. Cuando por inexcusable obligación, ya que no lo hago en otro contexto, tengo que acudir al lugar donde he trabajado durante tantos años, me ocurre algo que se repite siempre, algo extraño y que no puedo evitar: Me invade una infinita nostalgia  acompañada de una voz interior que me dice: “qué pena que el azar caprichoso, quitara de mi vida mi adorado trabajo”. ¿No es extraño?

Lo digo porque han pasado ya cuatro años desde que no trabajo allí. Por eso, por el mucho tiempo que ha pasado, me extraña que la melancolía se apodere de mí todavía y eche tanto de menos una etapa que hace mucho que pasó.

Y eso que solo acudo por inexcusable obligación como he dicho antes, pero cuando lo hago, al ver las caras conocidas, al recorrer sus pasillos y sus estancias, los recuerdos se avivan y acuden a mí en tropel. Porque cada cara conocida, cada pasillo, cada estancia, me cuenta una historia, una historia de veinte y muchos años. Una historia que ya solo queda en mi memoria. Pero una historia que al fin y al cabo me marcó para siempre… y para bien. Porque al amor por mi trabajo hay que unir la cantidad de personas que se cruzaron en mi vida, que vivieron la suya a mi lado día por día durante muchísimo tiempo y que me dejaron, en la inmensa mayoría de los casos, una bonita y honda huella.

Así que, tampoco es tan extraño que la nostalgia me visite cuando, por unas u otras causas, tengo la necesidad de acudir al que fue mi lugar de trabajo, un trabajo que amaba profunda y apasionadamente y que perdí por uno de esos veleidosos caprichos del destino.

En fin… ¡C'est la vie!

miércoles, 8 de enero de 2020

Gobierno progresista


Acaba de conformarse un gobierno de coalición progresista de izquierdas. Esto es único en nuestra democracia. Por el bien de España y de los españoles, espero que lo hagan bien.

Como librepensador no seré yo quien prejuzgue su labor de gobierno sin conocer los resultados de la legislatura que comienza. Aunque por supuesto estaré vigilante de su labor para sacar mis propias conclusiones.

El tiempo juzgará.

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