BIENVENIDOS A YUMYS GALAXY, EL RINCÓN DE F.J.M. (MARCO ATILIO).

jueves, 31 de diciembre de 2020

¡Adiós 2020!

 

Llegaste con alegría, cargado de buenos deseos, de promesas y de ilusiones. Un nuevo año… otro año más.

Pronto empezaste a mostrar tu rostro, tu verdadero y endemoniado rostro. Todavía no había pasado el invierno cuando nos derribaste de un puntapié. En tu seno albergabas el maldito coronavirus. El organismo fantasma que pondría el mundo patas arriba con su llegada.

Nos trajiste un confinamiento severo y nos tapaste la cara con mascarilla. De pronto todo empezó a ser diferente. Todo aquello que conocíamos… y en el fondo amábamos, aunque por rutinario no le prestábamos mucha atención, lo arrebató el coronavirus. De repente no pudimos besarnos, abrazarnos, estrecharnos la mano… juntarnos, por temor al contagio. Y nos dimos cuenta que todo aquello era importantísimo en nuestras vidas aunque, por cotidiano, probablemente nunca llegáramos a pensarlo.

Te llevaste la Semana Santa… mi Semana Santa. La fiesta en la que tanto disfruto con el paso de los tronos, el sonido de las bandas, el tronar de los cohetes, el bullicio de la gente, el apretarse unos a otros para ver pasar el Cristo y la Dolorosa. En su lugar nos dejaste silencio, calles desiertas y mucha amargura. Amargura en los cofrades, en los dueños de restaurantes y bares, en los niños que se iban a vestir de nazarenos por primera vez. ¡Silencio, calles desiertas y amargura!

Estuvimos confinados mucho tiempo, tanto, que cuando por fin pude salir a dar mi primer paseo, un arrabal de emociones me inundó. Porque sentía cosas que antes me parecían normales y no reparaba en ellas. El viento en la cara, el gorjeo de los pájaros, la contemplación de los árboles, de los jardines, de las plazas y de las calles, el transitar de los coches. Una sensación extraña y hasta diría que ridícula, pero de pronto vinieron a mí un arrabal de emociones y comencé a valorar todo lo que representaba mi vida cotidiana antes de que llegara este infierno.

También me arrebataste los abrazos, los besos, las reuniones familiares, las fiestas con los compañeros y amigos. Las cervecitas en las terrazas, las comidas en los restaurantes con la familia, los viajes de placer a la playa, a la sierra, a visitar otras ciudades y otros pueblos… a movernos con libertad. La libertad que me arrancaste y nos arrancaste por temor al contagio.

Y luego te llevaste la Feria. La algarabía y el bullicio de la gente divirtiéndose y pasándolo en grande. Te llevaste las cervezas y el tapeo de la “Feria de día” y también los churros de madrugada. Te llevaste el regocijo de los niños a los que arrebataste disfrutar de la “Cabalgata de Gigantes y Cabezudos” y de montar en el “Tren de la bruja”. Cambiaste el alumbrado ferial por silencio y oscuridad.

Ni siquiera estas navidades dejas que sean normales, porque no podemos disfrutarlas como quisiéramos: rodeados de todos aquellos que amamos, disfrutando de los abrazos y besos de la familia a quien mantienes alejada y con miedo a reunirse. Porque siempre estás al acecho para amargarnos la existencia, para resquebrajar nuestra salud e incluso para arrebatarnos la vida.

Al fin te vas 2020, te vas dejando un rastro de miseria y desesperanza en muchos. Esperemos que tu hermano 2021 nos traiga cosas mejores. Esperemos que podamos vislumbrar el final del largo y horroroso túnel en los que nos ha metido el coronavirus. Brindaremos, como lo hicimos hace doce meses, por la entrada del nuevo año. Y lo haremos sin fiarnos demasiado, aunque con la ilusión y la esperanza de que en 2021 se empiece a vislumbrar el final de esta horrible pesadilla.

¡Adiós 2020! Nunca te echaré de menos. De todas las cosas que me has arrebatado hay una que no te perdonaré jamás: “La de no poder abrazar y besar a mi madre por miedo a contagiarla del maldito coronavirus que trajiste contigo”.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Resumiendo el 2020 en una palabra: políticos.
vino cargado de nuevos proyectos y nos dio en toda la cara.
Pero, el saber de mucha gente que todavía por suerte estamos bien nos hace fuertes y ganaremos esta gerra.
Como siempre digo la vida es un juego y no me gusta perder, el 2020 a sido una partida donde el vicho nos saca ventaja, pero ya te digo yo que el 2021 ganaremos otra batalla.
eltodopoderoso

F.J.M. (Marco Atilio) dijo...

Eso esepro

Alberto dijo...

Jamás creíamos que íbamos a vivir esta mierda. No somos nada. Cualquier minúsculo organismo nos puede llevar por delante. Ojalá esto acabe pronto. Saludos

F.J.M. (Marco Atilio) dijo...

Tienes razón Alberto, cualquier minúsculo organismo nos puede matar. Nos creemos fuertes y en realidad somos de una fragilidad asombrosa.

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