Ejemplares como el que sigue los encontraremos, seguro, en alguna ocasión en nuestras vidas. Hay muchos que campan a lo largo y ancho de nuestras tierras españolas para desgracia de todos los que directamente los sufren. Aquí una muestra:
Don Jefe pasea ufano y pomposo su jefatura. Ha tenido que intrigar, maquinar y enredar para conseguirla y ahora es el momento de pavonearse con el ansiado trofeo. Su jefatura, su bien más preciado, la enseña arrogante, fanfarrón y jactancioso.
Don Jefe necesita ser considerado jefe, necesita que se lo digan, que reconozcan que él está al mando. Si no se lo dicen ya se encargará él de recordárselo a los demás. Porque Don Jefe se siente gozoso por el mero hecho de ejercer poder. Necesita ser jefe porque es algo consustancial a su superioridad natural, a sus saberes indiscutibles, evidentes y axiomáticos.
Don Jefe se cree y se siente infalible, casi omnipotente. Si él no puede hacer una cosa nadie podrá hacerla porque según su inefable criterio es él lo máximo, la certeza absoluta, la eficacia llevada al súmmum.
Don Jefe posee un ego superlativo, su narcisismo y petulancia son prácticamente patológicos y a sus desequilibradas entendederas, todos los demás les parecerán idiotas.
Don Jefe no sabe pedir las cosas por favor, ni dar las gracias, nunca tiene una buena palabra o un gesto amable. Sobre todo a los que su mente peculiar considera inferiores.
La sonrisa de Don Jefe es una auténtica amenaza ya que detrás de ella intenta esconder sus aviesas intenciones. A menudo utiliza el sarcasmo y la ironía para herir a los demás, para desprestigiarlos, para humillarlos, para dejarlos en ridículo, para marcar el terreno de su supuesta “superioridad”.
Don Jefe no mira a la cara de sus “inferiores”, eso sería para él un signo de condescendencia, de aceptar la opinión del que cree prescindible y anecdótico. Para él las opiniones de esos insignificantes seres no merecen ser oídas ni por supuesto tenidas en cuenta.
Don Jefe tiene una total carencia de empatía con las personas que a juicio de su mente ilógica, irracional, incoherente, absurda, inverosímil y ridícula cree inferiores. Tampoco tiene conciencia así que sus malas artes no le generarán ningún tipo de remordimiento.
Don Jefe da muestras de algunos rasgos psicopáticos que por otra parte son comunes a todos aquellos individuos que se sienten atraídos por puestos de poder. Algunos de ellos ya los he apuntado más arriba pero que en general incluyen la falta de remordimiento, la amabilidad que puede aparecer y desaparecer sin previo aviso, el egocentrismo, la mentira, la capacidad de manipulación, la impulsividad y la pobreza emocional.
Don Jefe es una persona que no merece ningún tipo de respeto porque con sus acciones diarias lo pierde a los ojos de los demás. En realidad Don Jefe tiene una personalidad tan compleja y peculiar, tan ilógica y absurda que lo único que produce aparte de pena es hilaridad.
Marco Atilio
8 comentarios:
¡¡¡¡Vaya ejemplar!!!! Y la lástima es que de estos hay una montonada en las empresas. Muy bien descrito Marco.
Brillante descripción, D. Francisco, a la que sin querer ser pretencioso añadiría una precisión:
" Don Jefe sabe y conoce, - porque aunque no esté a la altura no es tonto - que verdaderamente nunca va a conseguir ser JEFE, porque la JEFATURA se CONSIGUE con el respeto que los demás te profesan, pero Don Jefe por mucho que intente IMPONER SER JEFE, nunca lo será. LA JEFATURA SE CONSIGUE, PERO NO SE PUEDE IMPONER, y el que lo intenta será TONTO PA´SIEMPRE..."
¡No quiero ser Don Jefe!
A E. María de Graná: Realmente ejemplares de este tipo abundan más de lo que sería conveniente. Gracias por tu comentario.
A Jesús de la Paz: Dices bien Jesús, la jefatura se consigue pero no se puede imponer. En mi opinión el mejor jefe es aquel al que respetan y admiran sus subordinados, el que se gana la confianza de aquellos con los que trabaja. Esto da categoría y valor al que ostenta la jefatura de cualquier empresa, servicio o departamento. Es cierto que Don Jefe no es tonto, no lo es en el sentido más amplio de la palabra aunque sí lo es si escudriñamos un poco su peculiar personalidad. Mira Jesús, como decía mi padre: "Hay tontos que tontos nacen, hay tontos que tontos son y hay tontos que quieren hacer tontos a los que tontos no son". Creo que Don Jefe pertenece a esta última categoría.
A rauf Khaliulin: Por supuesto que no rauf. Tú tienes demasiada categoría humana para ser Don Jefe.
Si quieres saber como es Pedrillo dale un carguillo. Buena descripción de lo que es un jefe idiota y tirano.
Tienes razón, el poder envanece a algunas personas y saca a relucir sus más escondidos defectos. Hay muchos así.
Jajajaja...Genial!Una descripción tan acertada,Marco!Mucho tiempo dedicado a Don Jefe por tan valiosa persona...
Inteligente comentario,Don Jesús, con ese regustillo a fina ironía, tan peculiar.
Ah,chicos,además Don Jefe es un enano.En el amplio sentido de la palabra.
Gracias por tu comentario CCG. Pues sí, esta es una descripción de Don Jefe dedicada a todos los Don Jefes que posean estas peculiares características... y haberlos haylos. De eso podemos estar seguros. Y sí, Don Jefe es un enano en el más amplio sentido de la palabra. No puedo estar más de acuerdo.
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