Hay
personas que cuando las sacas de su zona de confort, viertes opiniones
contrarias a las suyas o se tuercen sus planes preconcebidos, les cambia el
semblante como por arte de magia y ya no son las personas maravillosas que
parece que eran o que daban a entender que eran.
Súbitamente
se han convertido en algo poco menos que insoportable. Esas personas, que
además suelen ser muy egocéntricas, tienen un manifiesto problema de adaptación
al medio y a las circunstancias adversas que pudieran encontrar en su día a día
y que debiera ser tratado como una patología psicológica y conductual severa.
En
realidad, esas personas se acercan mucho a lo que conocemos como intolerancia, ¡intolerancia pura y dura vamos!
No
hay que olvidar que la intolerancia es la actitud de las personas que no
respetan las opiniones, ideas o prácticas de los demás si no coinciden con las
suyas propias.
En
general, la persona intolerante considera que está en posesión de la verdad
absoluta y entiende que su opinión o sus creencias tienen que prevalecer por
encima de las de los demás.
¿Conocéis
alguna persona así? Pues yo sí que conozco y la verdad es que me revienta que
sean así aunque es difícil revertir su actitud, solo con una adecuada y
profunda terapia psicológica quizá fuera posible. Lo difícil es hacerles ver
que necesitan esa terapia porque esas personas no sienten que su conducta sea
equivocada. Son tan egocéntricas y tan…, tan intolerantes con las opiniones
ajenas, que se creen poseedores de la única verdad, aunque esa verdad esté
asquerosamente distorsionada. Así que la misión se antoja harto complicada…
¡por desgracia!
Marco
Atilio
2 comentarios:
Hola, que razon tienes cuanta gente ahi asi por el mundo con el yo, yo y yo y como se suele decir solo quieren que salga el sol para ellos
Un saludo.
Así es, celebro que compartas mi opinión. Un saludo.
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