No soy
alguien famoso, eso está claro, soy una persona sencilla, de las muchas que hay
por ahí. Alguien con un elevado espíritu crítico; alguien que mira la vida y
aprende de ella; alguien que se hace preguntas y busca respuestas; alguien que,
como mi abuelo Marcos, es un autodidacta nato, quizá y muy a mi pesar, por
falta de oportunidades de no haber podido tener una educación reglada, que
suplo con mi amor por los libros y el mundo de la cultura en todas sus facetas,
con mi afán de saber, de indagar, de investigar, de bucear en todas las
ciencias y todas las artes (astronomía, literatura, historia, geografía, cine…)
alguien con una curiosidad sin límites.
Soy alguien que proviene del pueblo más sencillo y que, a través de la sabiduría que dan las vivencias y ese deseo innato por conocer, por entender, por comprender… por saber, me ha llevado con el paso de los años, y perdón por la inmodestia, a poseer un nivel cultural bastante amplio.
Alguien que cree estar preparado para opinar con criterio de mil cosas, sociopolíticas y de otra índole, y que, algunas veces, comparte sus opiniones a través de las redes sociales. Porque pienso que es lícito opinar argumentando esas opiniones. Porque pienso que no solo los intelectuales y personas relevantes tienen buen criterio, a veces es todo lo contrario, muchas veces las personas anónimas (y no digo que sea mi caso, aunque pudiera ser que también a veces) son más sabias a la hora de afrontar cuestiones existenciales, sociales, políticas y de todo tipo.
Alguien que no tiene miedo al qué dirán cuando mis razonamientos sean contrarios a otros tipos de pensamiento. Me da igual, esas opiniones son mías, es lo que pienso y así lo expongo, con respeto pero sin cortapisas ni limitaciones.
Alguien que aboga por el bienestar y el bien común y que de un tiempo a esta parte está totalmente decepcionado con el comportamiento humano (en pleno siglo XXI), cada vez más radical y lleno de odio. Por más vueltas que le dé no consigo entender el despreciable fanatismo e intolerancia de cada vez más personas, personas, que según mi opinión, están atrapadas en su ignorancia, sus limitaciones y sus complejos. Por eso, porque todo ello va en contra de mi idea de sociedad, a menudo tengo la impresión de haber nacido en el planeta equivocado.
En fin… así soy yo.
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