Yumys Galaxy nació como un pequeño refugio en medio del ruído del mundo. Aquí guardo pensamientos, emociones y fragmentos de vida que, de otro modo, se perderían en el olvido. No busco popularidad ni aplausos; busco, sencillamente, expresar mi lado más personal e íntimo, porque en cada palabra dejo una parte de mí. Este espacio no pretende convencer, solo compartir lo que soy, lo que pienso y lo que siento. Solo eso.
martes, 25 de diciembre de 2018
Feliz Navidad abuelo Kiko
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
domingo, 23 de diciembre de 2018
Feliz Navidad 2018
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
jueves, 15 de noviembre de 2018
La brevedad de la vida
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
viernes, 2 de noviembre de 2018
Gracias Carmen
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
jueves, 25 de octubre de 2018
El implacable paso del tiempo
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
viernes, 12 de octubre de 2018
Acuerdo de Presupuestos
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
martes, 25 de septiembre de 2018
Precariedad laboral
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
miércoles, 29 de agosto de 2018
Usuarios intolerantes
He
trabajado durante muchísimos años en la Sanidad Pública, desde Centros de Salud
hasta Hospitales –bueno, un hospital en concreto: el Comarcal San Juan de la
Cruz, de Úbeda.
Durante todo ese tiempo, en ese maravilloso y esperanzador mundo que es la sanidad, siempre intenté hacer mi trabajo con responsabilidad y eficacia. Mi día a día –como el de tantos profesionales– giraba en torno al enfermo: personas cuya salud se había visto mermada y que acudían a los centros sanitarios con la esperanza de recuperarla.
Una de las cosas más gratificantes para un trabajador de la sanidad es el reconocimiento del usuario por la labor realizada durante su estancia en el centro: los cuidados, las atenciones, la amabilidad de médicos, enfermeras, auxiliares, celadores… y también el esfuerzo por hacer su ingreso lo más llevadero posible. Modestia aparte, en mis años de profesión recibí muchos de esos agradecimientos, y para mí ha sido siempre un honor enorme.
Siempre entendí así mi objetivo profesional: que los enfermos y sus familiares encontraran en mí –y en quienes me rodeaban– a alguien en quien confiar, alguien que hiciera su estancia más humana y les ayudara a superar su problema.
Me consta que la inmensa mayoría de los profesionales sanitarios del hospital donde he trabajado tantos años comparte esa misma visión. Sin embargo, existe un porcentaje minúsculo que no cumple esos objetivos y cuya profesionalidad puede ponerse en duda. Son pocos, poquísimos, pero a la hora de evaluar la calidad asistencial, muchos usuarios tienden a meter a todos en el mismo saco. Ya sea porque tuvieron la mala suerte de toparse con un mal profesional —haberlos, haylos— o porque su dolencia era demasiado compleja y su desconocimiento les lleva a despotricar injustamente de quienes hicieron todo lo posible para ayudarles.
Ese desconocimiento absoluto sobre la medicina, sus métodos terapéuticos, la complejidad de los procesos patológicos o la falta de recursos humanos en la sanidad pública provoca que algunas personas caigan en la crítica fácil, poniendo «a parir» de manera generalizada a profesionales que se han dejado la piel para atenderlos. Y también a quienes, con dedicación, han intentado que su estancia fuese lo más agradable posible.
La medicina no es una ciencia exacta. Como se suele decir entre los profesionales sanitarios: «No todas las intervenciones quirúrgicas son iguales, ni sus resultados tampoco, aunque se trate de las mismas patologías». La mayoría de la gente no tiene en cuenta todo esto por absoluta ignorancia.
Lo que me revienta, lo que realmente me indigna, es esa crítica furibunda hacia quienes se han esforzado al máximo para lograr un resultado positivo.
Sin embargo, en el ejercicio de tantos años, también he encontrado un perfil de usuario que merece una reflexión aparte:
Me refiero a esos usuarios de la sanidad pública que reclaman todos sus derechos pero nunca reconocen sus obligaciones; los que analizan el trabajo del profesional con lupa y están «con el hacha levantada» ante un hipotético error; los que exigen de manera desmedida sin importarles en qué condiciones se está trabajando; los que, al llegar a Urgencias, consideran que su caso es el más importante y debe ser atendido el primero; los que ofenden, amenazan y faltan al respeto sin un mínimo de empatía; esos usuarios que son, en fin, como una piedra en el zapato para el profesional sanitario y también para el resto de pacientes.
A esa clase de usuarios les digo que no me merecen ningún respeto. Con sus actitudes equivocadas están haciendo un flaco favor a la Sanidad Pública, un bien que deberíamos valorar y cuidar como oro en paño.
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
sábado, 28 de julio de 2018
¿Qué es un líder político?
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
jueves, 19 de julio de 2018
Un año ya
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
martes, 22 de mayo de 2018
Adiós Pilar
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.









