Los
independentistas catalanes son increíbles. Con menos de la mitad de la
población apoyando la ruptura con España, pretenden convertir Cataluña en una
república independiente. Y su estrategia es la de demonizar la democracia
española como un estado represor. Cosa que dista muy mucho de la realidad.
Porque todo el mundo sabe que España es un estado garante de la justicia y de
los derechos individuales y colectivos, una democracia avanzada que goza del
máximo grado de libertades. Lo saben aquí y fuera de nuestras fronteras. Solo
los independentistas lo ponen en duda llevados por su radicalismo.
Dicen
estar legitimados por el resultado del referéndum ilegal del 1 de octubre de
2018. Un referéndum que además de ser ilegal no fue vinculante y en donde se
cometieron innumerables irregularidades como se pudo demostrar de forma
tajante.
Producto
de su fanatismo paranoide, están embarcados en una deriva que no puede
prosperar y culpan de su fracaso, a todo lo que haya que culpar con tal de
alcanzar sus quiméricos propósitos. Son capaces de tropezar con una piedra y
echarle la culpa a la piedra. Así son ellos.
Una
de dos, o su fanatismo esquizofrenoparanoico no tiene límites, o dentro del
separatismo catalán abundan muchos Abundios. No encuentro más explicaciones.
Marco
Atilio
2 comentarios:
Son fanáticos engañados, engañados por unos politiquillos de tres al cuarto que han mentido a la mitad de la población catalana, y los ha embarcado en una deriva de la que será muy difícil salir. Pero como la gente que los cree son estúpidos pues así estamos.
Cierto. Gracias por tu comentario
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