Qué injusto es este mundo en donde
paseamos nuestras miserias, para nuestra propia desgracia, desde hace ya tanto
tiempo; y sin visos de cambiar esta tendencia, al menos no en el corto plazo.
Es difícil soportar sin inmutarse los abusos y las injusticias cometidas contra los más desfavorecidos de la sociedad. Solo alguien sin corazón podría hacerlo. Ya sé que no puedo remediar estos abusos porque no tengo el poder para hacerlo (ojalá lo tuviera). Lo único que puedo hacer es esperar que esto cambie algún día (aunque no confío demasiado) y aparezcan adalides de la política, la economía y las finanzas con suficiente empatía hacia los demás para hacer de este mundo un lugar mucho más justo, para que puedan atajar de una vez por todas los desmanes cometidos por gentes sin escrúpulos, sin sentimientos y sin alma.
Una buena solución sería meter a todos los causantes del dolor humano y generadores de miseria y hambre en un cohete y mandarlos, sin posibilidad de regreso, al otro lado del Universo. La basura hay que deshacerse de ella, de lo contrario termina por impregnarlo todo de un olor nauseabundo.
Por suerte también hay personas que, como ya hiciera Jesús de Nazaret, (y lo pongo a Él de ejemplo porque es el mismo Jesús al que dicen adorar muchos de aquellos que causan quebranto a sus congéneres) se rebelan contra las injusticias de los poderosos. Y seguramente podrían hacer felices a muchas gentes si tuvieran los recursos económicos para hacerlo. Sin embargo, casi nunca el dinero está en las manos adecuadas.
En fin, yo seguiré soñando con un mundo
mejor, aunque pudiera ser un sueño inalcanzable que se disipe, como todos los
sueños, al despertar. Porque quizá sea una quimera aspirar algún día a que el
mundo se convierta en un lugar donde la tolerancia, la solidaridad y la
justicia sean el leitmotiv que guíe a las personas en su transcurrir por la
existencia. Y es que, visto cómo se ha manejado (y se maneja) el ser humano a
lo largo de su historia, más bien mi sueño se parezca más a un espejismo, algo
ficticio a lo que aspirar en vano, al menos en este planeta Tierra porque… ¿ese
mundo ha existido alguna vez, o es que acaso me encuentre en el planeta
equivocado? ¡A que va a ser eso!
No hay comentarios:
Publicar un comentario