Hace unos días el presidente de la Patronal Juan Rosell se despachó con unas polémicas declaraciones en donde entre otras lindezas decía que no daba credibilidad a las cifras de paro que recoge la EPA, contradiciendo la opinión prácticamente unánime de todos los economistas y expertos en el mercado laboral, que consideran que la EPA es la mejor radiografía del mercado laboral español, con enormes ventajas frente a las listas de paro registrado, un mero registro administrativo. También declaraba que el Gobierno y los sindicatos están “asustados” ante las reformas, propuso miniempleos para los jóvenes aunque sean de una hora y atacó a los empleados públicos con saña, llegando a plantear que se quedasen en casa con un subsidio para que no gasten en papel y en teléfono y cifró los funcionarios que sobraban entre 300.000 y 400.000.
Es bien sabido del pensamiento neoliberal de este individuo y su total falta de escrúpulos y solidaridad, queriendo arreglar la crisis a costa de reducir salarios y derechos de los trabajadores hasta límites abusivos, cargando sobre las espaldas de los sufridos asalariados el coste de una crisis que en gran medida, razonamientos como el suyo han ayudado a crear.
Las lindezas que ha expresado este señor son de dominio público y nunca le han dolido prendas a la hora de proclamar por ejemplo que la tan nefasta “Reforma Laboral” se queda todavía corta y que hay que caminar hacia el despido libre o poco menos. Por otra parte, su deseo de privatizar servicios públicos es más que evidente y estas declaraciones lo ponen de manifiesto, porque ese constante desprestigiar a los empleados públicos y a las Administraciones Públicas es una muestra del deseo de Rosell de transferir servicios públicos a la iniciativa privada.
Desde siempre, la gran lucha de las fuerzas neoliberales y conservadoras ha sido la de privatizar los servicios básicos del Estado del Bienestar: (Educación, Sanidad...) y poder lucrarse con esos servicios esenciales a costa de la sociedad más desfavorecida, que sería la auténtica perjudicada en cuanto se desmantelasen unos servicios que para mí son fundamentales. Si eso ocurriera algún día (que Dios no lo quiera) las distancias entre clases, que hoy en día empiezan a ser abismales, serían prácticamente infinitas.
Lo que hace falta es un poco más de sensibilidad, de solidaridad, de justicia y de igualdad para avanzar hacia una sociedad más moderna, fraternal y equitativa. Y pensamientos como el de este individuo van precisamente en la dirección contraria.
Marco Atilio
4 comentarios:
El señor Rosell representa al ala más dura de la patronal. Aquella a la que pertenecen los empresarios sin escrúpulos que explotan a sus trabajadores sin una pizca de consideración. Aquella que clama por el trabajo esclavo y sin derechos. Aquella a la que le gustaría tener trabajadores de quita y pon para enriquecerse a costa de humillarlos y explotarlos con saña. ¡Cuánto darían por tener un látigo y asemejarse a los esclavistas del siglo XIX! Esa es su lucha y a eso aspiran. Hedionda basura es lo que son.
¡Ay! la patronal. ¿Acaso has visto algún empresario que pague más de lo que marque la ley a sus trabajadores? Si acaso menos, pero más? Yo sinceramente no conozco ninguno.
La derechona decimonónica y recalcitrante aún sigue dando la lata. ¿Cuándo desaparecerá de la sociedad? Cuando el ser humano sea más humano.
Que gallito se pone este energúmeno. Claro, con todo un gobierno para respaldarle. ¡Qué pena de sociedad! ¡En qué se ha convertido!
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