Siempre igual

 

En un diario digital he leído lo siguiente:

«El BCE admite que las subidas de los tipos de interés no están bajando la inflación, pero amenaza con más aumentos».

«Algunas de las principales voces de la institución, como Luis de Guindos o la alemana Isabel Schnabel, reconocen el fracaso de la estrategia de asfixiar la economía, aunque lejos de plantear alternativas, insisten en seguir incrementando el precio del dinero».

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«El FMI enfrenta así la agresividad de las subidas de los tipos de interés oficiales que están aplicando los bancos centrales para luchar contra la inflación. Un incremento del precio del dinero que busca ahogar la demanda de las familias, la capacidad de inversión de las empresas y de financiación de los estados. Y que asume el riesgo de provocar una recesión económica y un aumento del desempleo, pese a que esta estrategia no interviene en los mercados internacionales de energía, ni en las cadena de suministro globales, distorsionados por la pandemia y la invasión rusa de Ucrania y que son el origen de la crisis de precios».

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Ya estamos como en la crisis de 2008, aplicando recetas equivocadas, injustas y miserables, en este caso para, supuestamente, «luchar» contra la inflación.

Se están subiendo los tipos de interés desde el 0% en que estaban antes de que se dispararan los precios, hasta el 3% actual y con idea de subirlo aún más según reconocen los «lumbreras» que manejan la economía en Europa.

Cuando las causas de esta inflación están principalmente vinculadas a los costes energéticos, y no a la demanda, subir los tipos de interés para encarecer el dinero es empobrecer de manera injusta a las familias que están pagando un préstamo y que ven como su hipoteca se dispara y, en muchos casos, hará imposible afrontarla. Tampoco los autónomos y las PYMES lo tendrán fácil para financiarse con el precio del dinero por las nubes.

En fin, recetas excluyentes (como siempre) para, en última instancia, acabar con las clases medias y población más desfavorecida, creando dolor y miseria de manera totalmente disparatada y arbitraria. Y es que parece que si no fabrican grandes burbujas de pobreza, en donde las gentes se quiten el hambre a hostias, no estarán nunca contentos los infames sinvergüenzas que rigen y manejan los destinos de la economía europea y mundial. ¡Puaj!

Por cierto y antes de terminar: Muchas grandes empresas se están forrando aprovechando esta coyuntura. Suben los precios de manera desorbitada y totalmente injustificada con el único propósito de llenar sus arcas a costa del sufrido consumidor que, en definitiva, es el que en última instancia está pagando las consecuencias de todo este sinsentido. En cualquier caso, nada que ya no sepamos.