Rescatando un comentario

Hace tiempo, el 4 de mayo de 2012, publiqué un artículo en el blog que titulé “Crisis, recortes y pérdida de derechos”. En ese artículo criticaba, siempre según mi punto de vista, las políticas que tanto el PSOE con el gobierno de Zapatero y después el PP con el gobierno de Mariano Rajoy habían puesto o estaban poniendo en práctica para sacarnos de la crisis. Políticas de claro corte neoliberal y en mi opinión totalmente equivocadas como se ha demostrado claramente ya que, a día de hoy, no estamos mucho mejor que cuando publiqué aquel artículo, a pesar de que desde el gobierno y desde algunos medios conservadores, nos lancen proclamas para hacernos creer lo contrario. Desde luego los mileuristas, los jóvenes, los pensionistas, los desahuciados y los que engrosan las listas del paro no están mejor.

En respuesta a aquella entrada, recibí algunos comentarios elogiando el post y compartiendo mi visión del tema tratado. Todos excepto uno; uno que suscribía un tal Yony (ese era el nombre de mi desconocido comentarista) el cual no estaba nada de acuerdo con mis apreciaciones. Y no es que no acepte las críticas, nada más lejos de la realidad, por supuesto que las acepto, pero también tengo derecho a defenderme y sus razonamientos me parecían totalmente errados y claramente saturados por un marcado neoliberalismo cuyas políticas se ha demostrado que no han sido las más idóneas y hasta la fecha no han sido capaces, a pesar de los muchos años que llevamos de crisis, de sacarnos de ella, ni siquiera de acercarse.

 

Él expuso sus argumentos y yo le repliqué exponiendo los míos. Tanto su comentario como mi respuesta se han borrado del blog, y no me preguntéis por qué, no lo sé. Lo cierto es que han desaparecido como por arte de birlibirloque y seguramente habría tardado en darme cuenta si no es porque un amigo, al releer aquel artículo, me lo hizo notar hace unos días. Resulta sencillo darse cuenta de ello si se leen todos los comentarios de ese post. En fin, por suerte guardo una copia de todos mis artículos y de algunos comentarios, los que me parecen más relevantes, así que, accediendo con gusto a los deseos de mi amigo, voy a transcribir aquel comentario del tal “Yony” y mi respuesta a sus razonamientos.

 

Pero si me lo permitís, eso lo dejaré para una próxima entrada, que ya es tarde y me está doliendo el pie lesionado.

 

Prometo hacerlo en breve.

 

CONTINUARÁ >>>>>>

Marco Atilio