Navegando por internet me he topado con este esclarecedor
artículo aparecido en el diario Levante el día 20 de diciembre de 2013 y
escrito por el médico y escritor Alberto Soler Montagud. Por su interés (al menos para mí) lo
transcribo a continuación para todos los lectores de Yumys Galaxy.
¿Depende de sicópatas el estado del bienestar?
"Abunda en las altas esferas un estereotipo de individuos que aunque simulen
tener conciencia social sólo actúan por sus ansias de acumular dinero y poder.
La siquiatría los llama sicópatas aunque la inmensa mayoría nunca mata (al
menos directamente) como sucede con los asesinos en serie de la ficción.
Se caracterizan por ser mentirosos y narcisistas, manipuladores con gran
encanto en apariencia aunque por dentro sean gélidos y ajenos a los afectos que
fingen. Adictos al poder y al dinero, son impacientes, buscan recompensas
inmediatas a sus anhelos, se creen inmunes a las consecuencias de sus
tropelías, rechazan normas y leyes, delinquen con facilidad sin mostrar
vergüenza o arrepentimiento, carecen de emociones (que no obstante fingen),
muestran una nula ansiedad ante el peligro (circunstancia que les impele a
actuar con premeditación y una falsa valentía que no es más que
irresponsabilidad debida a su incapacidad para sentir temor) y eluden con
frecuencia a la justicia falseando creíblemente la realidad y negando lo que se
les imputa.
Como la psicopatía es cuatro veces más frecuente en los estamentos sociales
que ostentan el poder, hay quienes deducen que el capitalismo se habría
convertido en una fuente de sicopatía social al premiar ciertas características
de la personalidad psicopática. No obstante, la realidad pone en evidencia que
también el comunismo y otros totalitarismos dan cobijo a líderes, altos cargos
y funcionarios con rasgos similares a los descritos y cuya única meta es su
enriquecimiento personal.
Aunque hay muchos tipos de sicópatas, nos bastará sólo con dos para la
reflexión que este artículo pretende promover: a) los políticos con rasgos
psicopáticos, son unos presuntos servidores públicos que sólo trabajan para sí
mismos (a pesar de fingir un interés social) y que se aferran patológicamente
al poder, les cuesta delegar y son reacios a dimitir si se les descubre en una
ilegalidad; b) los sicópatas de cuello blanco, son individuos no muy distintos
a los anteriores (con quienes suelen relacionarse) que desde bancos, empresas,
iglesias y organizaciones sin ánimo de lucro, amasan inmensas fortunas sin
importarles perjudicar a pequeños ahorradores y hasta organismos oficiales
corrompiendo a funcionarios proclives al cohecho con tentadoras ofertas.
Nuestro país sufre los desmanes de políticos de distintas ideologías,
empresarios, banqueros, representantes sindicales y miembros de una familia
aparentemente intocable, y la culpa de ello, además de la imputable a los
presuntos sicópatas, la tiene la resignada apatía de la ciudadanía y los
políticos que les protegen al considerarlos ciudadanos ejemplares y un modelo a
seguir. Es deber de todos no elegir en las urnas a quienes exhiban
comportamientos psicopáticos como los descritos, ni tolerar su presencia en las
instituciones públicas y/o privadas, tarea harto difícil habida cuenta de que
es muy difícil conseguir que los especímenes de esta calaña abandonen el poder
una vez acceden al él".
Artículo original:
2 comentarios:
Pues estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Y da cierto miedo saber en manos de quién estamos. Deberíamos pensar muy mucho a quién estamos eligiendo cuando ejercemos nuestro derecho democrático e introducimos la papeleta en la urna. Eso es un ejercicio de responsabilidad que muchos no tienen.
En España falta mucha capacidad crítica, es por eso que votamos más por inercia que por sentido de la responsabilidad.
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