La
vida es extraña, misteriosa, con un punto de injusticia que no es que sea consecuencia
de la propia vida, porque lo injusta o no de ella depende de las personas que
viven hoy, que vivieron ayer o que vivirán mañana… pero en fin, ese es otro asunto
que en nada tiene que ver con esta reflexión.
La
vida tiene un desenlace lógico aplastante… ¡la
muerte!
Todo
aquello que vive hoy morirá mañana, es así de triste o así de natural. Otra vez
ese desenlace lógico aplastante.
Todas
las personas que han vivido, que viven y que vivirán tienen un enemigo común,
un enemigo inflexible, inexorable, déspota y cruel: ¡EL TIEMPO!
El
tiempo pasa y con él las personas también pasan, pero los espacios permanecen.
Esos espacios que durante un tiempo llenaron personas que ya no están, ahora
los ocupan otras y cuando éstas no estén otras vendrán a ocuparlos y así, en
una eterna cadena, la cadena de la existencia.
Los
lugares no tienen memoria, las personas sí la tienen y llenan con ella los
espacios de aquellas que un día los llenaron. Pero, al final, los lugares que
vieron tantas vidas pasar por ellos se quedarán sin memoria, no quedará ni el
más mínimo rescoldo ya que todas las personas que una vez convivieron juntas se
habrán marchado. Poco a poco, una a una, pero el tiempo es implacable. Al fin,
se habrán marchado todas y ya no quedará memoria que valga, solo si has sido alguien
célebre, para bien o para mal, te recordará la historia. Pero la inmensa
mayoría de las personas que han vivido y que vivirán sobre La Tierra son personas
anónimas, a esas se las recordará mientras vivan los que las conocieron, sus
amigos, sus familiares… quizá durante un par de generaciones o tres, luego… el
olvido, el olvido eterno. Nadie sabrá después nada de ellas. Si eran felices o
no, altos o bajos, gordos o delgados, negros o blancos, buenos o malos. NADA.
Y
los lugares donde habitaron, los paisajes que vieron, las piedras que pisaron,
los espacios donde vivieron…, seguirán existiendo. Puede que con otra
apariencia pero estarán en el mismo sitio en donde ayer, hoy y mañana han
existido personas; personas con sus problemas, con sus alegrías y penas… con
sus emociones.
¡INCREÍBLE!
Ese
desenlace lógico aplastante de la vida que es la muerte es enigmático y
misterioso y algo en lo que pensar aunque sin muchas probabilidades de
entender.
En
fin…
Marco
Atilio
4 comentarios:
Para algo que la vida nos pone a todos en su lugar ( pobres, ricos, guapos, feos…) que nos hace ser todos iguales, ay gente que esto no lo entiende y aunque no nos guste esto será asi , pero como tu bien dices tendrás que ser alguien celebre para que te recuerden por más tiempo, pero si es verdad que a mi muchas celebridades que han pasado por nuestras vidas me dan igual y no se si algunos han podido hacer feliz a los que les rodean, asique prefiero que me recuerden poco durante poco tiempo, pero que estos me aprecien
Buena reflexión. Es muy triste que el recuerdo que quede de uno cuando muera sea malo. Aunque por lo visto, y a tenor de las injusticias que campan por estos mundos de Dios, hay personas que les da exactamente lo mismo que se le las recuerde para bien o para mal. Lástima.
Buena reflexión aunque, como bien dices, difícil de entender. La vida es enigmática. Por qué y para qué estamos aquí son dos buenas preguntas con difícil respuesta.
Muy difícil respuesta.
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