Hay que ser un poco egoísta y pensar en uno mismo y en su bienestar más que en cualquier otra cosa.
Disfruta del amor de tus hijos y comparte todos los momentos que puedas con ellos; aprovecha tu tiempo gozando de la compañía de tus nietos pero no seas esclavo de ella si no es estrictamente necesario.
Aprovecha cualquier ocasión de pasarlo bien que se te presente, no lo dejes para mañana porque quizá mañana no llegue nunca.
En resumen, hay que mirarse un poco el ombligo y dejar que el mundo fluya a tu alrededor, porque cuando se empieza a vislumbrar el final del camino cada minuto es oro y no hemos llegado a los últimos años de nuestra vida como para ensombrecerlos con preocupaciones tontas y obligaciones innecesarias que nada te aportan y si lo hacen será acortar tu ciclo vital.
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