NOTA.- Otros artículos relacionados con el Paseo de Las Murallas podéis encontrarlos haciendo click aquí y aquí.
Yumys Galaxy nació como un pequeño refugio en medio del ruído del mundo. Aquí guardo pensamientos, emociones y fragmentos de vida que, de otro modo, se perderían en el olvido. No busco popularidad ni aplausos; busco, sencillamente, expresar mi lado más personal e íntimo, porque en cada palabra dejo una parte de mí. Este espacio no pretende convencer, solo compartir lo que soy, lo que pienso y lo que siento. Solo eso.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Un rincón para soñar
NOTA.- Otros artículos relacionados con el Paseo de Las Murallas podéis encontrarlos haciendo click aquí y aquí.
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
viernes, 28 de noviembre de 2014
¿El Universo surgió de la nada?
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sábado, 15 de noviembre de 2014
Llegó el momento de cambiar
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miércoles, 29 de octubre de 2014
Cuando la muerte se lleva un ser querido
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
miércoles, 8 de octubre de 2014
Políticos torpes, políticos aprovechados
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martes, 23 de septiembre de 2014
Historias, malas historias
Las noticias de cada día en los periódicos, en la televisión, están llenas de historias terribles. De gentes a las que se las despoja de todo lo que tienen, incluso de su hogar cuando son desahuciadas por el egoísmo del poder económico y el mirar para otro lado de nuestros “insignes” gobernantes.
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miércoles, 3 de septiembre de 2014
Falsas promesas
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domingo, 31 de agosto de 2014
Cambio de nombre
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domingo, 24 de agosto de 2014
Infancia, dualidad, bien y mal
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domingo, 17 de agosto de 2014
¿Contradictorio, surrealista?… Y yo que sé
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domingo, 10 de agosto de 2014
¿Cómo comentar en el blog?
Bueno, antes que nada debo decir que puede que el diseño actual del blog haya cambiado y que las capturas de pantalla que veréis a continuación difieran de su actual presentación. Creedme que no importa demasiado, básicamente su diseño en poco interfiere con el propósito de esta entrada. Y ahora sí, comencemos:
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miércoles, 30 de julio de 2014
Rescatando un comentario (continuación)
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sábado, 26 de julio de 2014
Rescatando un comentario
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miércoles, 2 de julio de 2014
La injusticia como política económica
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miércoles, 18 de junio de 2014
Gracias, mi amor
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sábado, 31 de mayo de 2014
Los Ultras de Casa Paco
Desde hace algunos años, mi casa se ha
convertido en el sanctasanctórum del madridismo durante los partidos de fútbol
del Real Madrid. Es una especie de diminuto Bernabéu ocupado por siete
seguidores: mis dos hijos, Javi y David, sus amigos Nando, Diego, Manjón, David
«el Largo» y yo mismo. Todos juntos formamos lo que Javi bautizó en su día como
«Los Ultras de Casa Paco» (Paco, por
supuesto, soy yo).
A veces se unen otros: «El Negro», «El Piña», «Saviola», «Ismael»… Pero todos, absolutamente todos, compartimos los mismos sentimientos, el mismo corazón y el alma madridista; vibramos con las victorias del equipo blanco y sufrimos con sus derrotas.
El nombre de Los Ultras de Casa Paco no hay que tomarlo al pie de la letra: ninguno de nosotros es fanático ni perdemos la cabeza. Sabemos reconocer cuando otros equipos juegan mejor que el nuestro. El nombre, de hecho, proviene del grupo de WhatsApp que creó mi hijo para mantenernos en contacto, compartir información del Madrid y coordinar nuestras reuniones para ver juntos los partidos.
Tengo que decir que, durante los encuentros –y más si son importantes–, disfruto como un niño junto a mis jóvenes compañeros. Me contagian su energía: vibro, me apasiono y me emociono con ellos.
Desde que celebramos estas reuniones, las emociones se han desbordado más de una vez. Las exaltaciones de alegría por el triunfo del equipo de nuestros amores han corrido desenfrenadas cual caballo desbocado; las derrotas, en cambio, nos llenaban de amargura y de rabia. En esos días de tribulación nos asaltaba el reproche y la crítica hacia nuestro equipo, intentando buscar culpables y posibles soluciones al pequeño desastre de la derrota.
El 24 de mayo de 2014, «Los Ultras de Casa Paco» pudimos vivir una de esas noches mágicas de fútbol, una noche que quedará esculpida con letras de oro en el alma de todo aquel que, como nosotros, se sienta madridista.
Ese día, en el Estadio da Luz de Lisboa, se jugaba la final de la UEFA Champions League entre nuestro Real Madrid y el Atlético de Madrid. Desde la mañana, todos llevábamos un nudo en el estómago, mezcla de nervios y esperanza. El Madrid podía conseguir su ansiada Décima Copa de Europa, nada menos, y el rival no era sencillo: un Atlético rocoso, muy bien trabajado y difícil de batir.
Como en otras grandes ocasiones, mis hijos y sus amigos comenzaron a enviarse mensajes por WhatsApp sobre las doce del mediodía. Había que organizar el evento. Compran unas cervezas, unas tapas… «la ligaílla», como la llaman mis hijos, para saborearla mientras ven el partido. Yo no intervengo en esos menesteres, solo les ofrezco mi casa para ver el partido. En compensación, disfruto también de la «ligaílla».
A eso de las seis y media empezaron a llegar los amigos. Vinieron tan pronto porque no querían perderse «La Previa del partido» e ir entrando en ambiente. Para entonces, mis hijos ya habían engalanado el salón con bufandas y una gran bandera del Madrid. Nuestro pequeño Bernabéu estaba listo.
Cuando empezó el partido, los nervios de todos
los «Ultras» estaban a flor de piel, yendo en aumento a medida que el tiempo
pasaba. En el minuto 36, un cabezazo de Godín –tras un error garrafal de
Casillas– puso al Atlético por delante. Nos quedamos mudos durante unos
instantes. Aquello no lo esperábamos, y menos que fallara de forma tan
estrepitosa el que considerábamos mejor portero del mundo.
Sabíamos que remontar sería muy difícil: el Atlético era un muro atrás y el Madrid, en la primera parte, no encontraba el camino, salvo por un tiro de Bale que se fue rozando el poste.
Llegó el descanso y aún conservábamos la esperanza de una remontada. Comentábamos posibles cambios y estrategias. En la segunda parte, con la entrada de Isco y Marcelo por Khedira y Coentrão, nuestras esperanzas crecieron, sobre todo porque ambos jugadores le dieron otro aire al equipo, obteniendo con ellos un plus de calidad que fue muy ilusionante para nosotros.
El Madrid atacaba una y otra vez, pero el gol no llegaba. Los minutos pasaban y el corazón nos latía como una locomotora.
Y entonces… llegó el minuto 93. Luka Modrić se dispuso a lanzar un córner, la última oportunidad. En ese instante, el salón de mi casa se quedó en silencio. La pelota voló hacia el área en un centro perfecto. Todos seguimos su parábola sin pestañear. De entre la maraña de jugadores surgió poderosa la figura de Sergio Ramos, que se elevó majestuoso, deteniendo el tiempo por un instante y ejecutando un precioso y soberbio cabezazo en un remate magistral. El balón entró pegado al palo derecho de la meta defendida por Thibaut Courtois, el magnífico portero del Atlético, que nada pudo hacer por detener la pelota. ¡Goooool!
No hay palabras para describir la explosión de júbilo que se desató en mi casa. Abrazos, gritos, saltos, cojines volando por el aire… Yo, lesionado, no podía saltar, pero grité hasta quedarme sin voz. Aquello fue una locura, una de las mayores alegrías que recuerdo haber vivido. En un segundo pasamos de la desesperanza absoluta a la certeza de que la victoria era posible. Esa certeza nos la daba el hundimiento físico y moral del Atlético, unido a la inyección de adrenalina que supone marcar un gol en el último suspiro.
Y así fue. En la prórroga, el Madrid arrolló al Atlético. En el minuto 110, Gareth Bale, tras espectacular jugada de Di María, anotó el gol que daba ventaja al Madrid, desatando de nuevo la alegría y la euforia en el pequeño Bernabéu. Con el Atlético prácticamente hundido, el Madrid remató la faena con otros dos goles: Marcelo en el minuto 117 y Cristiano Ronaldo, de penalti, en el 120. El Real Madrid se proclamó justo vencedor de la Final de la UEFA Champions League 2013-2014.
En aquella noche mágica, inolvidable y maravillosa, nuestro Real Madrid había conquistado «La Décima», y nosotros también conquistamos un recuerdo imborrable que quedó grabado a fuego en nuestros corazones. Porque hay momentos que no se repiten, instantes en que el fútbol –ese juego tan irracional y tan humano– se convierte en algo más que un deporte: en una emoción compartida, en una chispa de felicidad que permanece viva por muchos años que pasen.
P. D.: Tal vez haya quien piense que todo esto es una locura, que semejantes emociones son absurdas, sobre todo aquellos a quienes no les guste el fútbol. No seré yo quien les lleve la contraria, pero… como dijo alguien:
«¿Cómo entender mi locura si no compartes mi pasión?»
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jueves, 15 de mayo de 2014
¿Más de lo mismo?
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domingo, 27 de abril de 2014
Adiós Tito Vilanova
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domingo, 13 de abril de 2014
Legonófanes de Colofón
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sábado, 29 de marzo de 2014
Crisis, injusticias y corrupción
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lunes, 3 de marzo de 2014
Paseo matutino
Mientras recorro despacio este magnífico lugar con sus magníficas vistas, fijo la mirada en el mar de olivos empapados por la lluvia y muchos todavía cargados de aceituna. La recolección todavía no ha terminado y tantos días de lluvia no son buenos. No son buenos para los pobres jornaleros que trabajan un día sí y tres no, resintiéndose así su paupérrima economía; ni para los dueños, que lo único que hacen es perder dinero mientras la aceituna, encharcada y pudriéndose en el suelo, esté sin recolectar.
Imbuido en estos pensamientos sigo mi paseo por este emblemático lugar de Baeza. Como es temprano «El Paseo de las Murallas» está desierto; solo yo, mi paraguas y algún coche que pasa de cuando en cuando nos hemos atrevido a recorrerlo en esta desapacible mañana.
Cada pocos metros me paro y contemplo el maravilloso paisaje que se extiende ante mí. Su sola contemplación, con el viento dándome en la cara, el sonido de la lluvia…, toda esa mezcolanza me produce una sensación de bienestar y de sosiego.
Mis ojos recorren este paisaje de ensueño y se paran en «Jimena» un pequeño pueblo que desde Baeza tiene forma de águila y que está situado a los pies de «Sierra Mágina». Ahora que la niebla ha levantado se ve bastante bien. En aquel pueblo, invitados por mi amigo Alejandro y su familia, Isabel y yo hemos pasado días muy agradables; días que están ya demasiado lejanos.
Casi sin darme cuenta he llegado al monumento que la ciudad de Baeza levantó en este Paseo en honor de Antonio Machado, fue inaugurado el 10 de abril de 1983. Se trata de un peculiar monumento de cemento obra del arquitecto Fernando Ramón y que alberga un busto del poeta, en bronce, obra del escultor Pablo Serrano. Tengo que decir que a mí, personalmente no me gusta. Es feo el enorme cabezón del poeta que mira hacia el Valle del Guadalquivir. Al menos a mí me parece feo. A Antonio Machado le gustaba pasear por estos lugares cuando residía en Baeza de ahí la ubicación del monumento.
En este lugar me quedo un rato, disfrutando del paisaje y abstraído por mil pensamientos que vienen y van en un bucle sin fin. Luego, acompañado por mis pensamientos y la pertinaz lluvia, doy la vuelta y regreso por donde he venido, desandando lo andado camino de vuelta a casa. Mientras lo hago voy recorriendo el paisaje, un paisaje calado por la lluvia, un paisaje colmado de olivos cuyo verde grisáceo, debido a esta fina lluvia, le da un aspecto algo taciturno. A la vez que contemplo el maravilloso paisaje, mil pensamientos recorren mi cabeza…
Pienso en la familia, en mis hijos; pienso en el futuro que me tenga reservado el destino... pienso en mil cosas. Los pensamientos acuden a mí en tropel, vienen y van en un batiburrillo extraño.
Debajo de mi paraguas comienzo a fabricar quiméricos castillos en el aire regodeándome con un pensamiento con el que muchas veces he fantaseado. Me imagino a mí mismo como un gran acaudalado, alguien con infinitos recursos económicos y con los cuales podría ser el salvador de muchas personas que pasan necesidades y la solución a muchos de sus problemas. Vana ilusión, porque con el final de mi paseo me viene a la memoria una frase de mi propia cosecha y que se encarga de devolverme a la realidad: «A veces perseguimos una sombra, una fantasía, un sueño, una quimera, una ilusión… Despegamos los pies del suelo intentando alcanzar algo tan etéreo, tan intangible, que se evapora con solo tocarlo».
Dejo atrás el Paseo de las Murallas y me adentro en el laberinto de calles de esta hermosa ciudad de Baeza camino de casa. Mientras, la niebla vuelve a cubrirlo todo, esta vez con mucha más intensidad.
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.
lunes, 3 de febrero de 2014
¡Qué tiempos aquellos!
Autodidacta, cultivo todas las ciencias y las artes; en especial la astronomía, la literatura, la filosofía y el cine.