Se
puede ser simpatizante de partidos de derecha, de partidos de izquierda, de
partidos de centro; se puede ser más afín a ideas progresistas o ideas
conservadoras; se puede uno manifestar en la calle de manera pacífica por lo
que cree o deje de creer. Lo que no se puede estar, y menos enarbolando la
bandera de tu aparente cristianismo, es al lado de partidos que fomenten el
odio, la intolerancia, la xenofobia, la homofobia, el racismo... la violencia.
Se está viendo estos días en las manifestaciones en contra de la ley de
amnistía a grupos ultracatólicos y sumamente violentos que portan en sus
protestas crucifijos y símbolos religiosos y con los que se identifica muy bien
la ultraderecha española. Se supone, al portar esos símbolos, que protestan en
nombre de Dios o quizá crean que por exhibir esos símbolos religiosos Dios está
con ellos. ¡Qué equivocados están! Jesús odiaba la violencia y la venganza, entonces… ¿a qué
vienen esos crucifijos que representan su figura?
También se ha visto a gentes rezando el rosario ante la sede del PSOE en Madrid, pidiendo ayuda divina contra un supuesto «fin del mundo». Imagino que la ley de amnistía supone para ellos el final de los tiempos. «Pa mearse y no echar gota». No creo que ni la Virgen ni Jesucristo estén para esas memeces. Pero en fin, estos al menos protestan de forma pacífica, mejor protestar con rezos que con piedras.
Lo que sí probablemente sea cierto es que la inmensa mayoría de los que protestan ¾llevando la violencia por bandera¾ contra esa ley de amnistía, van a misa todos los domingos y fiestas de guardar. Ellos abrazan el nacionalcatolicismo franquista, así que deben asistir a misa tal y como demanda esa ideología político-religiosa. ¿Y se supone que esas gentes son creyentes? Si lo son no creo que hayan leído la Biblia en su vida.
¿Acaso
no saben lo que dijo Jesús sobre la venganza? «Habéis oído que se dijo: “Ojo
por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os
agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale también
la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el
manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te
pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Habéis oído que se dijo:
“Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a
vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen…». (Mateo cap. 5
vers. 38-44).
La venganza es mala compañía a los ojos de Dios: «No digas: Le voy a hacer a él lo mismo que él me hizo a mí; me las pagará por lo que hizo.» (Proverbios 24:29).
A mí me da la impresión que todos esos que enarbolan «banderas» de odio, de intolerancia, de venganza, de rencor… lo hacen por pura ignorancia y no tienen ni idea del significado de tales actos. «Entonces dijo Jesús: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». (Lucas cap. 23 vers. 34).
En fin, como decía mi abuelo: «La “tontura” no tiene hartura». Y es que, lamentablemente, hay mucho jumento campando por nuestras tierras patrias. En cualquier caso, como dijo Jesús: «Por sus actos los conoceréis».
Aunque puede ser que, aparte de sus actitudes jumentales, sean tan hipócritas que se apliquen así mismos el refrán que dice: «A Dios rogando y con el mazo dando». Que todo pudiera ser posible.
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